Crimen en Pons. El crimen de Manoli Pulido

Es la tarde del 4 de junio de 2004 en Pons, un tranquilo pueblo de Lleida, donde el sol de primavera brilla sobre los campos de trigo, y las calles empedradas guardan el silencio de la vida rural.

Una joven de 19 años sale de casa tras besar a su madre, prometiendo volver pronto tras una cena con un amigo.

Su camiseta corta azul y rosa, con un piercing brillando en el ombligo, refleja su espíritu libre.

Nadie imagina que esa despedida desencadenará una búsqueda desesperada, que en pocos días revelará un crimen brutal.

Mentiras, contradicciones y un hallazgo en un pantano cercano cambiarán para siempre el curso de aquella historia.

Esto es, Crímenes que marcaron España.

Hoy, Crimen en Pons, el crimen de Manoli Pulido.

Detrás de los hechos, conozcamos las personas clave de este relato.

Manoli Pulido, nacida en 1985, tenía 19 años en el momento de los hechos.

Vivía en Pons, un pequeño municipio de Lleida, junto a sus padres y su hermana menor.

Era una joven extrovertida, sociable y soñadora.

Le gustaban el arte, la música y las noches con amigos.

Trabajaba de manera intermitente en el bar Avenida, mientras buscaba un empleo estable que le permitiera independizarse.

Su entorno la describía como una persona cercana y cariñosa, aunque no todos compartían esa visión.

Algunos vecinos la asociaban con amistades problemáticas y rumores de consumo de drogas.

Esa dualidad entre la joven responsable y la joven rebelde marcaría la percepción pública de su desaparición.

Josefa López, madre de Manoli, tenía 50 años en aquel momento.

Trabajadora y dedicada, había criado a sus tres hijas en un piso modesto del municipio.

Su vida giraba en torno a la familia y a la rutina doméstica.

La ausencia de Manoli la alertó desde la primera noche.

Su preocupación fue inmediata, y con el paso de las horas se convirtió en una búsqueda constante.

Elizabeth Pulido, hermana mayor de Manoli, nacida en 1981, tenía 23 años.

Vivía en Girona con su pareja, pero mantenía un contacto frecuente con su familia en Pons.

Planeaba que Manoli se mudara con ella una vez consiguiera trabajo.

Su papel fue fundamental durante los primeros días de búsqueda, organizando grupos de voluntarios y manteniendo la comunicación con los medios.

Sara Pulido, la menor de las tres hermanas, nacida en 1992, tenía 12 años.

Antonio González Porras, conocido como Tony, nacido en 1969, tenía 35 años.

Separado y con hijos, residía también en Pons.

Era amigo de Manoli, aunque la relación entre ambos no era bien vista por la familia.

Su carácter impulsivo, sus problemas con el alcohol y las drogas, y su historial de conflictos lo convirtieron en una figura controvertida en el pueblo.

Su nombre apareció pronto en las primeras diligencias policiales.

Antonio González Yaudet, conocido como Pedrín, sobrino de Tony, nacido en 1986, tenía 18 años.

Había coincidido con Manoli en el instituto.

Se le describía como despreocupado y con poca orientación personal.

Durante la investigación, sus declaraciones llamaron la atención de los agentes por las contradicciones detectadas.

Amadeu, amigo de Tony, trabajaba en la empresa del padre de Yaudet, y presentó a Manoli a Tony.

Su evasiva sobre una llamada telefónica y su ausencia laboral tras la desaparición levantaron sospechas.

Así ocurrió, crónica de los hechos.

Es viernes 4 de junio de 2004.

Pons, un pequeño pueblo de Lleida, despierta bajo un sol de primavera.

Los campos de trigo ondulan suavemente y el aire huele a tierra y a hierba seca.

En un piso sencillo, situado en el centro del municipio, vive Manoli Pulido, de 19 años, con su madre, Josefa, y su hermana menor, Sara, de 12 años.

Su mente está en peligro.