El crimen de las quinielas. - 88#

Escúchame, cierra tus ojos pronto, alguien está en la ventana, o llamando a la puerta, o quizás no, se oyen ruidos en casa, ¿escuchaste?, ¿hay alguien a tu lado?, la silenciosa noche todo lo esconde, ¿está cerca?, ¿qué se rompe en el alma de un hombre para llegar a matar?, ¿qué ha ocurrido en su corazón para cruzar los límites del tabú ancestral?, ¿qué lo ha conducido al día de autos?, les habla Francisco José Fernández Cruz Sequera y les doy la bienvenida a este programa en el que cada viernes recorremos la naturaleza del crimen y del criminal, comenzamos.

Buenas noches y bienvenidos a un nuevo programa del día de autos. El juego en sí, como fenómeno social, es problemático en tanto en cuanto genera situaciones de conflicto muy acusadas.

Hay que se lo toma como diversión, matar el gusanillo de desafiar al azar. Sin embargo, la proliferación de la oferta del juego, tanto en espacios físicos como a través de internet, está provocando una anomalía que, de momento, no ha tenido tanta incidencia social como se muestra en los medios de comunicación, quizás porque el paquete de publicidad que representan las empresas que se dedican al juego sea cada vez más importante.

Lo cierto es que se ha convertido en un verdadero problema de salud pública. Según los psicólogos, el ludópata no es consciente de que requiere ayuda hasta que no han pasado entre siete y diez años desde el inicio de su adicción. Por lo tanto, nos hallamos ante un problema que no estalla en las personas hasta que ya es demasiado tarde. Además, esa proliferación del juego, en concreto de las casas de apuestas o locales de juego, se está dando masivamente en los barrios con menos capacidad adquisitiva.

Si vemos los datos de la ciudad de Madrid, por ejemplo, podemos comprobar que los distintos con una menor renta per cápita son los que han sufrido un incremento mayor de este tipo de locales. Concretamente, en Puente de Vallecas, Usera y Latina, el incremento del juego en estos distritos está por encima del 65%, mientras que en los barrios de renta más elevada, Salamanca, Chamartín o Chamberí, el número de locales ha disminuido. Evidentemente, existe un componente económico en esta proliferación, puesto que, bueno, según dicen las empresas, es que en estos barrios el precio del local que se alquila es más barato.

Pues sí, es cierto. Pero también es en estos barrios en donde se encuentra la verdadera necesidad de dinero rápido, cosa que normalmente lleva aparejado siempre no una manera fácil ni positiva de ganarlo. Esa es una necesidad obviamente que los barrios con rentas más altas, que cuando tienen adicciones al juego no se solucionan con pequeñas cantidades, pues acuden las personas que tienen esta adicción de la ludopatía a otros canales más tradicionales y de mayor volumen, claro.

Pero el verdadero problema no está solamente en el juego en sí, sino que cada vez las personas que sufren esa adicción tienen una menor edad. Se ha convertido como en un medio tradicional de diversión entre gente joven el acudir a estas salas de juego como antes se acudían a los billares o más tarde a los videojuegos, sobre todo en esas casas de apuestas deportivas que se plantean como algo relacionado con el deporte, una actividad presuntamente sana pero que en la actualidad se acerca más al espectáculo que al deporte.

Poco a poco, el deporte se ha convertido en una actividad que no es sólo una actividad que se hace por el deporte, sino que es una actividad que se hace por la vida.