

Description of Cristo la Raíz
Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
Ro 11:17.
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Bien, pues vamos a continuar, vamos a abrir nuestras Biblias en Romanos 11, Romanos capítulo 11, vamos a estudiar, meditar esta mañana en los versículos 17 al 24, Romanos 11, versículos 17 al 24.
Romanos 11, 17 al 24 y le voy a dar lectura, dice así, pues si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú siendo olivo silvestre has sido injertado en lugar de ellas y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas y si te jactas sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
Pues las ramas dirás fueron desgajadas para que yo fuese injertado, bien por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie, no te ensoberbescas, sino teme, porque si Dios no perdonó a las ramas naturales a ti tampoco te perdonará.
Mira pues la bondad y la severidad de Dios, la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad, pues de otra manera tú también serás cortado y aun ellos si no permanecieren en incredulidad serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, cuanto más estos que son las ramas naturales serán injertados en su propio olivo.
Vamos a orar. Padre, gracias por el tiempo, señor, aquí con con tu familia, con tu pueblo, señor, meditando en la palabra, señor. Gracias por el entendimiento que que nos das para poder abrazar estas verdades, para poder, señor, corregir nuestras vidas, para poder encontrar una guía, señor.
Sabemos que en tu palabra hay vida, hay luz y que es buena, señor, es viva y eficaz también, señor. Ayúdanos, padre, y rogamos de el actuar de tu espíritu para que podamos abrazar estas verdades, señor, pero sobre todo para ponerlas en práctica en nuestro día a día y poder encontrar aplicaciones, señor. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.
Bien, pues terminamos la semana pasada estudiando el verso dieciséis, no sé si recuerdas, fue el último verso que vimos y Pablo en este verso de alguna manera comienza a hablar en términos de ramas, plantas, raíces, ¿sí? Usa estas analogías y esta esta analogía de las ramas, de la raíz, bueno, tiene como principal punto el hablar de la soberanía de Dios en cuanto a la elección.
En los últimos pasajes vimos como Pablo hace ciertas preguntas retóricas, ¿verdad? Para mostrar que la imposibilidad de que Dios mienta o deseche algo que él ha prometido o él ha hablado. Esas preguntas como, ¿entonces Israel será desechado? ¿El señor desechó a su pueblo porque Israel fue incrédulo y no alcanzó la justicia? Y él contesta, de ninguna manera.
Entonces, aunque la evidencia de alguna manera, el cierto patrón que hemos estado viendo en lo natural nos pudiera llevar a concluir que pues sí, Israel ya fue desechado. Pablo dice, no es así, en ninguna manera, porque el concluir en esto sería hacer a Dios mentiroso.
Sería decir, ah, mira, tú dijiste en algún momento que ellos son tu pueblo y que los preservarás. Entonces, ¿qué, mentiste? No es cierto lo que dijiste. Entonces, si nosotros entramos en este juego de empezar a juzgar a Dios y decir, ah, mira, en esto ya no continuó o esto él mismo lo desechó, pues caeríamos en desechar muchas cosas, ¿verdad? Nos pondríamos en un en una actitud de jueces diciendo, bueno.