
CRUZANDO EL RUBICÓN JULIO CÉSAR (2ª parte)

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Hablamos de lo que pasa con Julio César después de su campaña en las Galias, de como Craso pierde ante los partos y el otro miembro del Primer Triunvirato, Pompeyo, cambia de bando y se enfrenta a Julio César en una guerra civil, hablaremos de Cleopatra...
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Bienvenidos a Primum Grados, tu podcast de historia y humanidades en general. Y aquí a mi lado, aunque lo está viendo a mi lado, está a unos cuatro o cinco kilómetros en línea recta, en su casita. Aquí tengo, digo para los que me veis en YouTube, los que me escucháis en e-books, pues tanto os da. Bueno, pues que sepáis que al otro lado de la línea está Jordi Serda. ¿Qué tal, Jordi? Hola, Ricardo. Aquí preparados para otra noche de batalla legionaria con los romanos de la época republicana.
Bueno, de los finales de la época republicana, porque esto ya se está acabando. Es un invento que se está acabando a marchas forzadas y vamos a la segunda parte de Julio César y hoy liquidamos a Julio César. Y ya les advierto a los forófos de la historia que aunque le dediquemos dos programas, es decir, que prácticamente dos horas y dos horas y pico van a ser, calculo yo, así a bote pronto entre los dos, pues nos habremos dejado muchas cosas por ahí. Por ejemplo, me vienen cosas a la memoria.
Por ejemplo, no hablé de la mujer de César, aquello de la parte de ser buena, de aparentarlo y estas cosas. Bueno, esos detalles que a veces a uno se le...
¿Sabes, no, la historia? Cuéntala. Si la sabes, la cuentas tú, porque así puedes empezar a abrir fuego, ¿no? Bueno, tú estás diciendo esa anécdota tan divertida y tan célebrima de la mujer de César no sólo tiene que ser casta y pura, sino debe aparentarlo. Una mujer que se encerraba en casa, estamos hablando de esta, con sus gatitos, que era, si no recuerdo mal, una ex vestal, puede ser, que ha sido una vestal.
Él la trató con mucha consideración porque una vestal significa que tenía 38 años cuando salió de lo que sería ser una... es que la palabra monja yo no creo que cuadre con esto, pero sí una persona que vivía de manera retirada, apartada del mundo. Y claro, una mujer así que se encontrara con un hombre un poco bestia pues hubiera pasado muy mala vida, pero la verdad es que Julio César la respetó mucho a ella y a sus gatitos, que tenía unos cuantos. No sé si lo sabía, Ricardo. No eran 38 años, eran menos, eran 32 o así.
Bueno, claro, porque entraría con 12, correcto. Sí, sí, tienes razón.
De todas maneras, en esa época ya se les había pasado la roza a las romanas.
Bueno, la cuestión es que se la quiso quitar de en medio y era coherente con su forma de ser, porque él pensaba que no era sólo lo que era, sino lo que aparentaba ser. Y ya lo dijimos, creo que en el último programa, cuando... Mira, yo hago aquí cosas que no sólo son porque tengan una razón práctica inmediata, sino de cara a la propaganda, por decirlo así. Se vendía muy bien. Lo de colgar, de crucificar a los piratas, que se lo podían haber ahorrado.
Por cierto, pequeña Fede Ratas, del anterior programa, me dijo que tenía 17 años, no había, tenía 20 y pico cuando hizo esa hazaña. O sea, bueno, era joven, eso no le quita mérito, pero hombre, no es lo mismo. Y bueno, y pensar que 20 y pico de años ya significaba que tenía que haber empezado ya la carrera política, la llevaba con retraso. Por eso de ahí viene que a los 30 años soy aquí un cuestor en una provincia extrema, que es lo más bajo de lo más bajo, cuando Alejandro Magno ya había conquistado el mundo, todas estas cosas. Que hay que entenderlo.
Y entonces, cuando hacen la campaña en la Galia, el irse a, que ya lo relatamos, el irse a Britania, que era el confín del mundo, no tenía más que, no tenía más sentido que el decir, yo he llegado al fin del mundo, como Alejandro Magno. Lo veía con, tenía, en este sentido era un hombre que tenía una fijación, estaba focalizado en llegar a lo máximo y a eso, pues todo lo demás en su vida iba en función de ese objetivo final. Se focalizó para conseguir grandes cosas. Uno de los secretos es focalizarse, lo que sea, y luego tener el talento suficiente.
Porque antes lo hemos hablado, antes de empezar el programa, por ejemplo, había otro tipo que no le, que posiblemente era tan o más ambicioso que Julio César y pretendía hacer lo mismo. Bueno, lo mismo. Realmente la República era un cadáver, porque ya aquello estaba pensado para una ciudad-estado, mandatos de un año. Bueno, César se fue, tenía una prórroga de cinco años en las Galias, pero era absurdo, irte al otro lado del mundo con un año. En fin, ya sabía que aquello no podía funcionar y la cuestión es que había otra persona que no lo podía hacer.