
"Cuando" Anderson se llamaba Pamela y una familia acogía a niños maltratados.

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¡Lectores y amigos de Cine y Libertad!
Esta es nuestra propuesta...
"Cuando" Anderson se llamaba Pamela y una familia acogía a niños maltratados.
#DirectoALasEstrellas. Programa 796 de estrenos (#SonidoDeEsperanza, #Quinografía, #TheLastShowGirl, #Julliette en primavera...) y variedades.
Incluye la crítica: #Votemos.
Víctor Alvarado y, nuestra Antena de plata, Antonio Peláez nos sorprenden...la revista Hollywood Reporter.
Recomendamos el cómic: Batman una muerte en la familia: ¡Robin vive! de JM DeMatteis, Rick Leonardi y Rico Renzi (Panini).
Clasiccmanía con Irene de Alba: El ruiseñor de las cumbres.
La firma de Eduardo Bernal sobre La buena suerte de Gracia Querejeta.
Víctor Alvarado es el autor del libro: La fe, la ética y los valores de los superhéroes: https://www.cope.es/blogs/cine-y-libertad/2024/06/20/la-fe-la-etica-y-los-valores-de-los-superheroes-el-dia-en-que-el-pulpo-hablo-de-mi-libro/)…
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No te olvides del regalo ideal para esta primavera, la fe, la ética y los valores de los superhéroes, un libro perfecto para dar la batalla cultural con una sonrisa.
Fundación Edelvives patrocina este espacio cultural.
Disfruta, con Víctor Alvarado y su equipo, de lo mejor del cine, directo a las estrellas.
Hola, ¿qué tal, amigos? Les saluda Eduardo Drástegui.
Aprovecho esta oportunidad para mandarles un fuerte abrazo y, sobre todo, para felicitar a nuestros amigos del programa directo a las estrellas.
Gracias por su apoyo.
Una de las indiscutibles figuras de la cultura española, sin duda, Luis Alberto de Cuenca, capaz de dar la batalla cultural sin crearse enemigos.
Sin miedo a equivocarnos, es un erudito como demuestra su profunda cultura, ya que lo mismo habla de la mitología griega y romana, que demuestra su conocimiento de la historia en mayúsculas, de la Biblia e incluso del mundo del tebeo o la literatura española.
Además, es un profundo conocedor de las novelas pul estadounidenses, pues en alguna ocasión lo hemos podido escuchar hablando de las creaciones de Robert E. Howard como Conan.
El caso es que, enlazando los trabajos de su nueva publicación, El Reino Blanco, editado exquisitamente por el Reino de Cordelia, me propongo contar una historia que espero que les guste.
Había una vez un hombre con alma de niño que, mientras veía la película de Billy Bilder Irma la Dulce, protagonizada por John Lemon y Shirley Manlin, creó una oda al sujetador.
No habéis dejado de inspirarme nunca desde la primera vez que os vi, tendidos en la cuerda de mi infancia.
Y es que cuando la adolescencia llama a la puerta, todas nuestras seguridades se tambalean.
Y lo que nos parecía muy bien cuando teníamos 10 años, a los 15 se convierte en un espíritu crítico feroz en la edad del pavo.
Cenicienta, detesto tus zapatitos de cristal, son muy cursis y muy antiguos.
Ponte los suecos, son más ecológicos e higiénicos.
Y entonces llegó Agustín de Fossá, que cambió su forma de entender el mundo, un escritor de los más olvidados del siglo XX, con un nivel solo alcanzado por los grandes como García Serrano, Cela de Líbez, Juan Manuel de Prada o, por ejemplo, Emilia Pardo Baza.
La más alta poesía que surgió de su pluma figura en estas páginas, a las que siempre vuelvo con fe y con ilusión a la hora del desánimo ante el aburrimiento lírico circundante.
Y es que cuando el ser humano, en su lado más oscuro, no se soporta, mata moscas con el rabo.
¿Habías prometido ser mi cómplice y has terminado en delator? ¿Qué quieres, que me trinquen sin más a la primera de cambio? ¿Cómo voy a levantar un cuadro como ese en ese museo? ¿Tú crees que me iban a dejar entrar con una maleta de dos metros en la sala? Y entonces asaltó un espíritu vampiresco que acababa en una conversación con un traumatólogo.
¿Quieres viajar conmigo? ¿Quieres viajar conmigo cuando me ponga bueno? ¿Dónde está ese lugar? ¿Hay que cruzar el charco para llegar allí? ¿Queda muy lejos? Contestó ella indiferente a todo y siguió rellenando sus recetas, con lo que el amor no tardó en llegar porque ya se sabe que cuando Cupido ataca, menos es más y la literatura hizo su efecto.
Era muy culta, había recibido una formación clásica muy sólida, sabía quiénes eran los aqueos, quiénes los troyanos y sus nombres, y hasta podía recitar entera la primera rapsordia de la Ilíada, aunque sin renunciar a Agatha Christie.
Ni a Jardín Porcela, ni a Miura, ni a Bodehouse.
Llevaba gafas para subrayar unos ojos enormes y miopes que recordaban a los de Atenea.
Me quitó el cigarrillo de la mano y le dio una calada, y tosió un poco y luego lo apagó en un cericero.
La besé o me besó, no sé muy bien quién inició la fiesta y nos hicimos a la mar del amor como si fuésemos Ulises y Penélope, o Ulises y Nausicaa, o Ulises y Calipso, porque yo no lograba ser más que uno y ella.
En cambio, ella era a todas las mujeres.
Finalmente, si tienes fe hay esperanza, y así se dijo en los últimos momentos de su vida como San José.
Sólo entra aquí quien lucha por entrar.
No te preocupes.
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