De Qué Nos Arrepentimos al Final de la Vida: 5 Lecciones | 337

Hola, ¿cómo estás? Muchísimas gracias por estar aquí una semana más y por acompañarme en este podcast. Hoy quiero proponerte que podamos hacer una pausa, que podamos reflexionar sobre algo que nos va a ayudar mucho a vivir de una manera más consciente y plena. Y lo vamos a estar haciendo a partir de un libro que es bastante conocido, va a ser el punto de partida este libro, donde recoge lo que muchas personas en sus últimos días de vida compartieron como sus principales arrepentimientos. El libro se titula, quizá ya lo conozcas, Los cinco mandamientos para tener una vida plena, escrito por Bronnie Ware, una mujer que trabajó durante años acompañando a personas en cuidados paliativos.

En ese tiempo pudo escuchar de cerca lo que muchos de ellos sentían al llegar al final y lo recogió primero en un blog y después en este libro que ha llegado a millones de personas. Lo impactante de estas confesiones es que no hablan de logros materiales ni de metas sociales, sino de lo esencial, de cómo hemos vivido, de cómo hemos amado y de si hemos tenido el valor de ser nosotros mismos. Y al leerlas, una se da cuenta de que, aunque cada vida es diferente, hay aprendizajes universales que nos invitan a mirarla nuestra con más claridad.

A veces necesitamos simplemente mirar la vida desde el final para entender mucho mejor cómo queremos vivir hoy. Y creo que esto es lo que hace tan valioso detenernos en estos cinco arrepentimientos. No porque vayamos a seguirlos al pie de la letra o como una receta, sino porque nos dan un espejo en el que mirar nuestra propia vida. Y esta es la idea trabajando con este libro, que podamos mirar nuestra propia vida.

Se trata de una llamada sencilla y directa a preguntarnos qué estoy dejando para más adelante. ¿Qué estás dejando para más adelante? ¿Qué parte de mí no me estoy permitiendo? ¿Qué parte de ti no te estás permitiendo? ¿Qué me gustaría cambiar antes de que sea demasiado tarde? ¿Qué te gustaría cambiar antes de que sea demasiado tarde? Y a partir de estas preguntas, que pueden ser un inicio para ir trabajando, revisando, viendo, reflejándonos en estos cinco grandes arrepentimientos que nos propone esta autora.

Soy Elena Echedría, psicóloga, creadora de psicoguías.com, te doy la bienvenida y comenzamos.

Uno de los arrepentimientos más repetidos en los últimos días fue este. Ojalá hubiera tenido el valor de vivir una vida fiel a mí mismo y no la vida que otros esperaban de mí. Ojalá hubiera tenido el valor de vivir una vida fiel a mí misma y no la vida que otros esperaban de mí.

Muchas personas se dieron cuenta demasiado tarde de que habían seguido caminos dictados por las expectativas ajenas, lo que quería la familia, lo que marcaba la sociedad, lo que parecía correcto, y en ese camino habían dejado de lado sus propios deseos, sueños y valores. Y seguro que de esto ya nos estamos dando cuenta. ¿Cómo no seguimos nuestro propio camino? Porque se supone que hay esas expectativas y seguro que de esto ya nos vamos dando cuenta, que no seguimos nuestro propio camino, que seguimos muchas veces esas expectativas, lo que marca la familia, lo que marca la sociedad, lo que parece lo correcto, y aquí nos quedamos y nos olvidamos un poco de lo que realmente queremos, de lo que realmente nos da sentido.

En definitiva, de nuestros sueños, valores, deseos. Podemos imaginar la vida como un río, si nos dejamos arrastrar sin más por la corriente de lo que otros esperan, podemos acabar en orillas que no eran las nuestras, en paisajes que no nos pertenecen, y cuando llega el final Ese desajuste se hace evidente. He vivido para otros, pero no para mí.

En el libro se cuenta la historia de una mujer que, toda su vida, había renunciado a lo que realmente deseaba porque su marido, su entorno, imponían otras prioridades. Ella anhelaba independencia, viajar, música, pero lo pospuso una y otra vez, hasta que ya no hubo tiempo. Ese dolor de no haberse permitido vivir con autenticidad la acompañó en los últimos días.

Y aunque esta historia puede parecer lejana, lo cierto es que en lo cotidiano también nos pasa. Callamos para no molestar, renunciamos a lo que nos ilusiona porque parece que es poco importante. Tomamos decisiones pensando en no defraudar a los demás más que escucharnos a nosotras mismas. La pregunta que surge aquí es inevitable. ¿Estoy viviendo una vida que se parece a la mía o una vida diseñada para mí?