¿De verdad amar es aguantarlo todo?

Hola, bienvenido a un nuevo capítulo de cómo resolver tus problemas de pareja.

Si quieres comenzar una relación, mejorar las cosas con tu pareja actual o si lo que quieres es pasar página, aquí vas a encontrar los mejores consejos.

Estás escuchando en emocioteca.com a Mercedes Cobo.

Si llevas en pareja algún tiempo y no siempre las cosas son bonitas, seguro que alguna vez has dicho o pensado frases como estas.

Mejor me callo porque no quiero problemas.

Ya cambiará con el tiempo, si tengo paciencia, puede ser.

Prefiero aguantar un poco que quedarme solo o sola, porque, bueno, ninguna relación es perfecta.

Total, ya me he acostumbrado a su forma de ser.

¿Te suena algo de esto? Son todo excusas muy comunes, pero esconden algo demasiado doloroso.

La idea de que amar significa aguantar lo que sea.

Y hoy quiero darle la vuelta a esta idea, porque amar no es eso, no es aguantarlo todo.

Amar es elegir bien, amar es no olvidarte de ti.

¿Nunca te has hecho esta pregunta? ¿Por qué confundimos amor con aguantar? Bueno, desde pequeños hemos escuchado, quien bien te quiere te hará llorar, o si no ese consejo de que, si quieres que la relación funcione, tienes que ceder.

Claro que a veces hay que ceder, es necesario, pero no es lo mismo ceder que rendirse a todo y ceder siempre.

Más frases típicas.

Es su carácter.

Yo ya lo he aceptado así.

Mejor me adapto yo y así no discutimos.

Aquí el problema no está en aceptar al otro, sino en negarte a ti mismo o a ti misma para que todo siga en paz.

Ya te lo estoy diciendo, eso no es amor, es miedo.

Miedo al conflicto, a las discusiones, miedo a perder, a quedarte solo, a quedarte sola.

Miedo y más miedo.

A ver, ¿tú sabes cuál es el precio oculto de aguantar demasiado? Fíjate que cada vez que te callas, cada vez que tragas, algo se rompe por dentro de ti.

Quizás no se ve desde fuera, porque tú sigues sonriendo, porque haces como que no te pasa nada, pero en tu interior se va acumulando una mezcla de rabia, tristeza, sentimiento de injusticia...

Bueno, todo junto ya sabes cómo se llama, resentimiento, frustración.

Siento que no pinto nada en mi relación.

Me levanto con un nudo en el estómago.

Él está tan tranquilo o ella está tan tranquila y yo siempre con el rumrum en la cabeza.

Estos son cosas que escucho en consulta demasiado a menudo, porque el problema de aguantar no es solo lo que el otro hace, sino, y más importante, el mensaje que tú te envías a ti, que es yo no importo, mis necesidades no cuentan, hay que estar en paz.

Y cuando eso se repite día tras día, tu autoestima se desgasta, se erosiona hasta el infinito.

Dejas de verte, dejas de importarte, te haces invisible para ti mismo.

Vamos, imagínate.

Muchas veces aguantamos porque creemos que, bueno, eso es lo normal, lo hace todo el mundo.

Todas las parejas discuten, todas tienen sus cosas.

Prefiero tener esto que quedarme solo o sola, que eso sería peor.

Pero déjame decirte algo.

La soledad no es peor que sentirse solo o sola estando acompañado.

La soledad puede doler, sí, pero estar en una relación que te borra duele infinitamente más, porque es un dolor constante, invisible y al que te acostumbras sin darte cuenta.

Acuérdate de la ranita en el agua.

Por ahí hay un episodio de esto.

Y vamos con una pregunta, bueno, la gran pregunta.

¿Qué es amar de verdad? El amor sano no te pide jamás que desaparezcas.

Al contrario, te da espacio para ser tú mismo, te permite expresarte sin miedo, te sostiene, te ayuda cuando necesitas.