Deconstruyendo El cielo inalcanzable. Apéndice 2. El duque de Lerma, I parte

Bienvenidos a deconstruyendo el cielo inalcanzable. En este capítulo nos detendremos en una de las figuras más influyentes y también más polémicas de la España del siglo XVII, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma. Aunque algunos de los hechos narrados en el cielo inalcanzable son ficción, buena parte del trasfondo político que condiciona a nuestros protagonistas está basado en hechos documentados. En sentido metafórico, hemos imaginado al duque de Lerma como una araña paciente y calculadora, tejiendo una compleja red de maniobras que termina atrapando a todos los personajes.

Y en el centro de esa red, un misterio, unos documentos robados, papeles comprometedores que pondrían en jaque al duque y a todo su entramado político. Por ellos, se conspira, se chantajea y se mata. Esta es la historia que vamos a contar aquí, la historia real del ascenso y caída del duque de Lerma. Si aún no han escuchado al cielo inalcanzable, cuyos capítulos completos ya están disponibles, esperamos que este episodio les despierte la curiosidad y les anime a sumergirse en esa red de secretos, pasiones y poder.

Antes del poder. El destierro. Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, futuro duque de Lerma, nació en 1553, perteneciente a una familia aristocrática que debido a los conflictos políticos durante el siglo XV, había perdido gran parte de su poder territorial y de su influencia política. Mi familia perdió sus posesiones en el reino de Castilla, incluido el condado de Lerma, durante los años convulsos del enfrentamiento entre la facción castellana, encabezada por Don Álvaro de Luna y la aragonesa.

Al apoyar esta última, los Sandoval quedaron del lado vencido y fueron despojados de sus tierras. Solo conservamos algunas propiedades bajo jurisdicción de la corona de Aragón, entre ellas la ciudad de Edenia, que permaneció como el principal bastión de nuestro linaje durante generaciones. Desde entonces, la familia Sandoval había orientado todos sus esfuerzos a recuperar los títulos y territorios perdidos.

Fue una empresa lenta y tenaz que ocuparía más de dos siglos de su historia. Durante el reinado de los reyes católicos y Carlos V, consiguieron recuperar algunos de sus títulos como el marquesado de Edenia o el condado de Lerma, siendo elevados a la dignidad de grandes de España, como recompensa por su lealtad en la lucha contra aquellos levantiscos comuneros de Castilla. Mi padre fue marqués de Edenia y conde de Lerma.

Mi madre, Isabel de Borja, hija del duque de Gandía, fue nieta del santo Francisco de Borja. Mi sangre así unía dos mundos, el del poder y el de la santidad. Nací entre nombres que resonaban en la corte y en los altares. Dos circunstancias que marcarían profundamente la personalidad del futuro válido, no sólo una religiosidad fervorosa heredada de su familia, sino también unas estrecheces económicas que contrastarían con el prestigio de su apellido.

Estrecheces económicas. Su bisabuelo, don Bernardo de Rojas y Sandoval, cabeza de la casa en ese tiempo, fue nombrado mayordomo mayor de la reina Juana, madre del emperador.

Nos ofrecieron un honor y resultó ser una celda, custodiar a la soberana en tordesillas, año tras año, lejos de la corte, del ruido, del favor real. Mientras otros tejían alianzas y acumulaban poder, nosotros velábamos a una reina prisionera en su propio reino. Yo nací allí, en el seno de