Delia Delgado 16.04.25

La Mirilla, con Jerónimo Romero y Domingo Martín.

Esta es la historia de Moussa Traoré, un joven de 18 años procedente de Mali, que llegó a Canarias siendo menor, estuvo tutelado, estuvo en un centro acogida, tutelado por el gobierno de Canarias, y una vez que cumplió su mayoría de edad, pues se negó a ser trasladado a otro centro, a Sevilla, porque quería echar raíces aquí en nuestra tierra.

Y por ese motivo, de la noche a la mañana, se vio en la calle, hasta que fue acogido por una familia del municipio de Agüímez, y hoy está con nosotros Delia Delgado Martel, madre de acogida, que nos va a contar la historia, la unión de ese vínculo que se ha creado entre este joven maliense y esta familia del municipio de Agüímez.

Delia, muy buen día.

Buenos días.

Gracias por estar hoy con nosotros, gracias por atender nuestra invitación para estar hoy en el Basilio La Merilla de Tierra de Agüímez.

Cuéntanos, ¿de qué manera comienza ese vínculo entre este joven maliense, Moussa Traoré, y tu familia? Pues Moussa está jugando en el equipo de Agüímez, y mi hijo Paul también.

Entonces ellos hacen un vínculo, la verdad que bastante fuerte, se dejan relacionarse y se dejan querer con los niños, y los padres hemos ido apoyando a los muchachos desde el inicio de la temporada.

¿Cómo te enteraste del caso de Moussa? Por una publicación que hizo mi hijo Paul en Instagram, y al salir del trabajo la leo, y me comunico con mi hijo que se haga cargo de pasar mi número a Moussa, y que Moussa me localice para yo hablar con él.

Sí, porque como antes apuntamos, como en la presentación de esta entrevista, de la noche a la mañana, este joven de 18 años, Moussa, se vio en la calle, Delia.

Sí, y nunca mejor dicho, el viernes por la mañana lo llaman al CEAR para que firme una documentación, él se negaba en todo momento, y bueno, en un momento le dicen que tiene que firmar sí o sí, sin ningún tipo de traductor a su lado, es decir, no sabe lo que firmó, firma y en ese preciso instante le dicen que se tiene que ir del centro, del hostal.

Y bueno, pues deja sus pertenencias allí y directamente a la calle.

Esa noche del viernes 4 de abril la pasa en Santa Catalina.

En Santa Catalina, y además con lo opuesto prácticamente.

Sí, sí, sí, un pantalón vaquero, una camiseta y una chaquetilla.

Lamentable y desafortunadamente, Delia, esa es la situación que viven muchos jóvenes menores inmigrantes que llegan a Canarias, que quieren echar raíces en nuestra tierra, pero claro, que una vez cumplen su mayoría de edad, no tienen a dónde ir, se ven en la calle, prácticamente sin nada, y se tienen que buscar la vida como sea.

Y desafortunadamente la historia de Musa es una más de entre tantas.

Sí, y además es como hemos comentado algunos padres que en esta situación lo que hacen es obligar a la persona a delinquir porque no tienen ayuda, no tienen nada y no saben cómo comer.

Aunque Musa lo primero que me traslada es que él prefiere morir, morir de hambre antes que robar.

Vale, para que luego digan que todos los menores migrantes que llegan a Canarias son unos delincuentes, Delia.

Sí, sí.

Es la imagen lamentable que se percibe de ellos y en el caso concreto de Musa no es así. Musa quiere echar raíces aquí en Canarias, forma afortunadamente ya parte de tu familia.

Sí.

¿Y cómo se encuentra Musa en estos momentos? Pues bastante bien. La verdad es que estamos muy contentos con él.

Esta semana va a ser un poco dura para él puesto que el lunes en el Centro de Hostelería y Turismo nos han ofrecido la oportunidad de que hagan las competencias claves para poder integrarse al mundo laboral en nivel 2 de restauración y cocina.

Y tiene que estudiar bastante esta semana lo que es lengua y matemática para poder hacer competencias claves el próximo martes, que creo que es muy pronto para él.

Pero bueno, si no aprueba, el siguiente 20 de mayo tendría su segundo examen y ahí sí que puedo decir que no lo va a aprobar.

Y a nivel personal, ¿cómo es Musa, Delia? Es un niño muy cariñoso, muy atento, siempre preocupado por los mayores.