Desborde de ríos en Ucayali: viviendas destruidas y peligro sanitario en aumento

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Hoy en nuestro informe especial, desborde de ríos en Ucayali, viviendas destruidas y peligro sanitario en aumento.

En Ucayali, las lluvias intensas y los huaycos han provocado inundaciones que dificultan el acceso a las escuelas y han generado daños estructurales que ponen en riesgo la seguridad de estudiantes y docentes. Ante esta situación, a mediados de marzo se decidió posponer el inicio de clases en las instituciones más afectadas para evaluar las condiciones y establecer soluciones antes de permitir el retorno a las aulas.

En Ucayali, el desborde del río ha inundado varias instituciones educativas afectando aproximadamente a más de 100 colegios. Las autoridades regionales anunciaron que el inicio de clases en los colegios dañados se postergaba por una semana, con la posibilidad de extender la medida si las condiciones no mostraban mejoría.

Mientras tanto, las demás instituciones educativas de la región mantuvieron la fecha programada para el inicio del ciclo escolar. El impacto de las inundaciones no se limita a la educación. En el centro poblado Juancito, en el distrito de Sarayaku, provincia de Ucayali, al menos 300 viviendas han quedado destruidas debido a la erosión provocada por el desborde del río. La Oficina de Defensa Nacional y Gestión del Riesgo de Desastres ha coordinado el envío de ayuda humanitaria por vía aérea para los damnificados, aunque el acceso a la zona es complicado y requiere largas horas de traslado.

El impacto de las inundaciones no solo se traduce en pérdidas materiales, sino también en riesgos sanitarios. La acumulación de aguas estancadas ha propiciado la proliferación de zancudos, lo que podría generar un aumento en los casos de dengue en las próximas semanas.

Además, se han registrado problemas respiratorios y enfermedades cutáneas entre la población afectada, lo que subraya la necesidad de una respuesta rápida del sector salud.

En el distrito de Llarinacocha, ubicado a pocos kilómetros de Pucalpa, las inundaciones han golpeado con mayor dureza a los asentamientos humanos poblados por comunidades nativas. Algunas familias han optado por quedarse cerca de sus viviendas inundadas ante el temor de robos, lo que ha dificultado los esfuerzos de evacuación. En barrios como Siete de Marzo se han reportado saqueos en viviendas afectadas, lo que ha incrementado la sensación de inseguridad entre los damnificados.

A medida que el agua comienza a descender en algunas zonas, las comunidades afectadas enfrentan el desafío de la reconstrucción. La pérdida de viviendas, cultivos y medios de vida plantea un panorama incierto para cientos de familias. La articulación entre gobiernos locales, organizaciones civiles y el Estado será clave para responder a la crisis y garantizar la recuperación de las comunidades damnificadas.

En este contexto, diversas organizaciones han comenzado a coordinar acciones para mitigar la crisis. Se han impulsado ollas comunes para garantizar la alimentación de los damnificados, mientras que equipos de salud comunitaria han alertado sobre la urgencia de implementar un plan de contingencia ante posibles brotes de enfermedades. Se espera que en los próximos días se intensifiquen las acciones de apoyo, tanto en el ámbito humanitario como en la recuperación de infraestructuras dañadas.

Las viviendas construidas mayormente de madera fueron arrastradas por la fuerza del agua a medida que el suelo cedía. Las lluvias de las últimas semanas han incrementado el caudal del río, causando estragos en diversas comunidades. En medio de la emergencia se han realizado operativos de rescate, incluyendo la evacuación de personas atrapadas en áreas inundadas y la asistencia a familias que han perdido sus hogares.

Cabe señalar que las intensas lluvias vienen azotando varias regiones del Perú desde diciembre de 2024 y han afectado a más de 168 mil personas, según los reportes del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional del Instituto Nacional de Defensa Civil. Solo hasta mediados de marzo, 5.289 personas fueron impactadas por las precipitaciones, mientras que en febrero la cifra alcanzó los 115.480 afectados.