
DEx 08x24 El Prisionero de Matrix

Description of DEx 08x24 El Prisionero de Matrix
En 2003, un joven obsesionado con The Matrix cometió un crimen que sacudió a América. Exploramos los límites entre realidad y ficción, la influencia de la cultura pop en mentes vulnerables, y las consecuencias de perder nuestra conexión con lo real. Un viaje inquietante por los rincones más oscuros de la obsesión digital.
Y además:
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F de Fraude, con Oscar Fábrega
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Hola amigos, hola amigas, bienvenidos una semana más a nuestra cita en estos días
extraños.
Estáis en una habitación tranquila, solos con vuestros pensamientos, y ahora os doy dos
opciones, quedaros así, en silencio, solos con vuestros pensamientos, o recibir una descarga
eléctrica.
¿Qué elegiríais?
Bueno, pues en un estudio científico un número significativo de personas prefirió la descarga
eléctrica antes que enfrentarse a sus propios pensamientos durante 15 minutos, preferían
el dolor físico a la introspección.
¿Os parece una locura?
Bueno, pues bienvenidos a la paradoja más inquietante de nuestro tiempo.
Vivimos en la era más hiperconectada de la historia y, al mismo tiempo, estamos más
desconectados que nunca de nosotros mismos.
Tenemos wifi de alta velocidad, pero hemos perdido la conexión con nuestra propia mente.
Respondemos a whatsapps en segundos, pero tardamos años, muchos años, en responder
las preguntas fundamentales sobre nuestra existencia.
Los datos son alarmantes, el tiempo promedio que una persona puede mantener la atención
en una sola tarea ha caído de 12 minutos en el año 2000 a apenas 65 segundos en la
actualidad.
El 75% de los jóvenes reporta ansiedad cuando deben estar sin su teléfono móvil durante
más de una hora.
El 68% de las personas admite que prefiere realizar cualquier actividad, por trivial
que sea, antes de dedicar tiempo a la reflexión personal, y algunos prefieren hasta una descarga
eléctrica.
Pero la pregunta real es cómo hemos llegado a este punto, en qué momento decidimos que
era mejor recibir una descarga eléctrica que enfrentarnos a nosotros mismos, y qué
dice eso sobre nuestra sociedad, qué dice sobre el futuro que estamos construyendo?
La respuesta está en un fenómeno que los psicólogos llaman evitación existencial,
y es bastante más común de lo que pensáis.
Lo tenéis ahí, de fondo, el bombardeo incesante de notificaciones, de mensajes, de likes,
de emails, un adulto promedio revisa su teléfono 344 veces al día.
Eso es aproximadamente una vez cada 4 minutos que estamos despiertos.
Y cada una de esas interrupciones es como un pequeño hachazo a nuestra capacidad de
concentración.
Y no, no somos víctimas pasivas de la tecnología.
La utilizamos activamente.
Como escudo, como una forma sofisticada de evitación existencial.
¿Os suena familiar lo de estar en la cama por la noche escroleando sin fin por las redes
sociales consumiendo contenido que ni siquiera nos interesa?
No, no es adicción, es miedo, es miedo al silencio, es miedo a los pensamientos que
emergen cuando no hay nada que nos distraiga.
Pascal, un filósofo del siglo XVII, lo definió de una forma bastante brillante.
Dijo, toda la desgracia del hombre procede de una sola cosa, no saber quedarse quieto
en una habitación.
Y eso lo escribió hace 400 años.
Imaginaos si viera el pánico que le tenemos ahora.