Día del Libro (24/04/25)

Gracias, una vez más, por venir a celebrar el Día del Libro, como hacemos siempre.

Este año, sabéis que vamos a hacerlo con poesía y con pequeños textos sobre libros, por hacer algo diferente.

Entonces, lo que sí os voy a pedir, por favor, yo, no sé si veis más o menos cómo estoy del micro, el micro se puede mover, bajar y subir, y os acercáis bien, porque tenemos la grabadora de Félix ahí, para no ponerlo en la radio.

Entonces, importante lo de no alejarse mucho, porque si no, no lo coge.

Cuanto más no muerde el micro, entonces, os ponéis cómoda y yo estaré aquí para ayudaros, pero no tengáis miedo de acercaros para que se grabe bien.

Así que nada, lo he dicho, espero que lo disfrutéis, que os hayan gustado los textos, que os vuelvan a gustar ahora, y mil gracias, mil gracias por todo, por participar, por lo que vimos, por las meriendas, por todo, de verdad, gracias.

Es un año más que celebramos el Día del Libro, quiero daros las gracias por nuestra colaboración, para que esta actividad se llegue a cabo.

Son ya muchos los años en los que compartimos lecturas de poemas, de biografías, de escritores, y la preciosa historia de Platero, que si os acordáis era muy bonita cuando la leímos.

Hemos compartido muchos libros, algunos nos han llegado a emocionar, tengo que recordar algunos de ellos, por lo que no han gustado.

¿Os acordáis de La Sonrisa Trusca? ¡Qué bonita! Como el amor nos estaba muriendo, pero su pasión era estar con el nieto.

María Nela, de Pérez Caldós, como he estado enamorada del ciego, y el ciego cuando recobró la vista, no la quiso.

Las Herederas de la Singer, uno de los últimos que hemos leído, que ha sido muy bonito y nos ha gustado mucho.

La Mujer de la Oretana, un libro muy duro, muy duro, pero muy bonito.

La Marta del Cabón, que también era de la misma consolación, que además vino consolación aquí y nos estuvo explicando y nos gustó mucho cuando vino.

Si alguna vez queréis, las llamo y se los digo que vengan.

Las Modernas, también estuvo muy bonita.

Pero son tantos y tantos los libros que hemos compartido que tardaría un buen rato en nombrarlos todos.

Hoy, por ser un día, por ser su día, es muy importante que hagamos un gran homenaje a estos amigos que tan buenos ratos nos hacen pasar y que tantas aventuras nos llevan.

Y sin escritores no hay libros.

Por lo tanto, debemos de dar las gracias a tantas y tantas personas que nos dejaron parte de su vida y un bien tan preciado como son los libros.

Gracias de nuevo, chicas, por compartir momentos tan agradables de lectura compartidas.

Buenos días a todas.

Voy a leer un libro de Juan Ramón Jiménez.

Quisiera que mi libro fuese como el cielo por la noche, todo verdad presente, sin historia, que como él se viera en cada instante todo, con todas sus estrellas, sin que niñera, juventud, vejez y tarde me pusieran en canto a su hermosura inmensa, temblor, relumbre, música, presentes y totales, temblor, relumbre, música y en la frente, hielo del corazón del libro público.

Bueno, ahora el siguiente, de Rubén Darío, del libro.

El libro es fuerza, es calor, es poder, es alimento, antorcha del pensamiento y manantial del amor.

El libro es llama, es ardor, es sublimidad, es consuelo, fuente de vigor y de ser que en sí condensa y encierra lo que hay de grande en la tierra, lo que hay de grande en el cielo.