

Description of El diario asesino de Alec Kreider
Alec escribía en su diario, y lo hacía plasmando sus más oscuros deseos... algunos llegaron a ser realidad.
Ven a conocer esta oscura historia.
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CRIMENES Y CRIMINALES CON LUIS MARTÍNEZ VALLES Realmente hay casos dolorosos que te hacen ponerte en la piel de aquellos que estaban alrededor de los que mataron o de los que fueron asesinados. Y hay mucho dolor en el ambiente. Desde luego que sin comprensión, dolor… ¡Qué duro! Qué duro es muchas veces enfrentarte a una vida en la que un ser querido de repente ha decidido matar a otras personas.
Vámonos a investigar un poco en las páginas del diario de Alex Craider. Un chaval que digamos tenía unas ideas que lo llevaban por caminos nada recomendables y que lo hicieron cometer unos actos despreciables. Él era un joven de 16 años que odiaba profundamente las reglas, las restricciones y a las personas que podían imponerlas. Y escribió, desde joven desafié las reglas y sus consecuencias, lo que por supuesto sentó las bases de mi depresión y naturaleza violenta actuales. Nunca creí que matar a un hombre estuviera mal.
No, ningún asesinato a sangre fría está mal. Pero eso es todo. A menudo me preguntaba si yo me propusiera destruir el mundo. ¿Dios me detendría? El 6 de junio de 2007 Alex escribió en su diario. Cada vez tengo más ganas de matar, más necesidad de matar. Eso lo escribió, después de asesinar a uno de sus mejores amigos y a los padres de este. Fue la sangrienta masacre de Thomas Haynes, su esposa Lisa y su hijo Kevin. Tres asesinatos que sacudieron el tranquilo suburbio de Lancaster, Pensilvania.
Alex era un estudiante de secundaria, algo solitario, pero tenía sus amistades y sacaba unas notas más que decentes. Pero un día se convirtió en ese asesino. Luego la gente no podía más que tener especulaciones sobre por qué había matado a una familia que durante años le había abierto las puertas de su casa y lo había tratado con mucho cariño.
Él se declaró culpable, pero nunca explicó por qué apuñaló hasta la muerte a su mejor amigo y a sus padres aquella madrugada del 12 de mayo de 2007. Y nunca nadie lo sabrá.
Alex Kreider, a principios de 2017, ya llevaba un tiempo en prisión, decidió acabar con su vida. Le faltaban dos semanas para cumplir 26 años. Y se ahorcó cuando estaba recluido en el centro penitenciario estatal de Camp Hill en Pensilvania, sin dar una razón, el por qué de aquellos crímenes. Con esa muerte se acababa con una calle oscura, sin luz, en la que no había respuesta posible para entender el por qué había arruinado las vidas de dos familias, la suya propia y la de los supervivientes de la familia de su mejor amigo.
Cuando se le preguntó después del suicidio al fiscal del distrito del condado de Lancaster, Craig Statham, por qué podía haber elegido Kreider la casa de Heinz, dijo, yo creo que era por eso.