Diego Barovero @DBarovero (Abogado, Profesor, Periodista) La Picadita de los Sábados @picaditasbado

Comienzo por nuestro columnista tan querido Diego Barovero que nos dejó su mensaje y queremos que ustedes lo escuchen. Hola qué tal, muy buenos días, un placer como siempre acompañarlos en la mañana de los sábados con mi amiga María Ester, la picadita de los sábados, precisamente desde Ecomedios a toda la audiencia, estamos viviendo justamente los días conocidos como Semana Santa, la Semana Santa tiene una implicancia fundamental para los cristianos, en especial también para los católicos, pero básicamente para los cristianos, la tenemos considerada como la semana mayor del año litúrgico de quienes tenemos la fe cristiana, quienes hemos sido bautizados, en ella conmemoramos el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de nuestro Señor Jesucristo, nuestro Salvador, independientemente de la fe religiosa de cada uno, si la tiene, si no la tiene, los que creen, los que no creen, es una semana que invita al recogimiento, a la reflexión, el feriado no es solamente una oportunidad para viajar, que lo es desde luego y es así legítimo, pero también sirve para hacer un alto, una pausa en la actividad cotidiana, habitual, ya sea en lo laboral, en lo profesional, en la cuestión vinculada al estudio y a la formación, nos viene bien pensar en la Semana Santa como un espacio para pensar al otro y para pensarnos a nosotros mismos, precisamente recordaba que además de lo que tiene que ver con la figura de Cristo, de Jesucristo, de Jesús de Nazaret como personalidad, como piedra angular de la fe de quienes creemos, también la figura histórica, el Jesús histórico, el Jesús que existió, que caminó estas tierras, que predicó, que predicó la palabra de su Padre, que predicó las Sagradas Escrituras, que dio testimonio, que enseñó, que formó una gran legión de personas, de mujeres y de hombres, que una vez que Él desapareció, una vez que Él fue torturado, ejecutado, sepultado y finalmente, bueno, para quienes creemos, resurrección mediante glorificado, además Él dejó enseñanzas, que hoy la personificación colectiva de eso es la Iglesia Católica, se formó sobre la base de ese grupo de mujeres y de hombres que lo seguían, los apóstoles, las mujeres de Jerusalén, todos aquellos a los que predicó y sobre todo a los desposeídos, a los perseguidos, a los pobres, a los enfermos, a los maltratados y me venía a la memoria justamente uno de los episodios más significativos de su vida, cuando predicó ante una verdadera multitud, hoy incalculable en términos reales, no es cierto, pero en el famoso Sermón de la Montaña, que conocemos como las bienaventuranzas, cuando predicó bienaventurados los pobres, porque ellos heredarán el reino de los cielos y también dice, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados, es decir, siempre planteando hacia adelante la necesidad de construir un mundo de hermanos, un mundo de justicia, un mundo de igualdad de condiciones y de oportunidades y también en alguno de esos parágrafos del extraordinario Sermón de la Montaña, dijo que de los amos se iba a esperar mucho más que de los siervos y de los eruditos mucho más que de los analfabetos, es decir, nuestra responsabilidad, aquellos que tenemos la suerte, que hemos sido bendecidos, que nos han dado talentos intelectuales o materiales, tenemos más obligaciones que los que no las tienen, tenemos que ayudar a crear conciencia, a crear conciencia de comunidad, a comprender y hacer comprender que nuestro semejante, nuestro prójimo, nuestro igual merece nuestra consideración, nuestros mejores actos de servicio, nuestra dedicación, nuestro esfuerzo, nuestro cariño, nuestro amor, parece que estuviéramos hablando de algo extraño en estos tiempos, estamos viviendo en una era de brutalidad, en una era donde las cosas se toman por la fuerza, en una era donde se ha puesto de manifiesto la condición más cruel y más avasallante del ser humano, el que toma las cosas por la fuerza, la guerra, la persecución,