Diego Guelar Radio Delta 21/04

Con Diego Guelar que ya está en línea con nosotros, ex embajador de los Estados Unidos, la Unión Europea y tantos países más. Diego, ¿cómo estás acá? Maxi, te saluda.

¿Qué tal, Maxi? ¿Cómo va? Buenas tardes.

Muy bien. Hoy te leía en algo que escribías, una comparación con... de Papa Francisco, por supuesto, con San Martín. Los dos argentinos más importantes...

De la historia.

De la historia. De la historia. De la historia argentina.

¿Hay puntos en común? ¿En algún punto hay cosas en cuales comparar? O sea, ¿es para nosotros de todas maneras un prócer de la talla de San Martín? Sí, yo creo que tienen en común la grieta. Nosotros nacimos agrietados. Desde la primera junta nos recordamos a Moreno y Zavedra. Ya teníamos la grieta dentro. A Moreno fue prácticamente al exilio. No se sabe si lo envenenaron o no en Altamar. Y Zavedra terminó muriendo pobre y en el exilio también. O sea, esa grieta se tradujo al propio San Martín, que tuvo que marchar a un auto exilio.

Cuando quiso volver, como le ofrecieron ser jefe de unitarios y de federales, dijo, no, yo no desembaino mi espada al servicio de una lucha fratricida y se volvió. Bueno, al Papa, aunque formalmente no estaba exilado, tuvo 12 años de exilio y no pudo venir a la Argentina. ¿Por qué? Porque recordemos que desde los Kirchner que lo puteaban primero, después el propio presidente, que por suerte corrigió, también lo había hecho en su momento Cristina, el presidente dijo que era el representante del maligno en la tierra, cambió, pero él sufrió en carne propia esas tensiones propias de la grieta.

Resultado, no podía volver. O sea, alguien que era absolutamente argentino, sin lugar a duda y con un amor muy grande por la Argentina y con raíces muy, muy profundas, no podía volver a su propio país. Era un exilado como lo fue San Martín, en el fondo. Pues me decían que quizás estuvo...

Realmente yo creo que eso es un dato que tenemos que reflexionar hoy, porque si no cambiamos eso, estamos cocinados como país. No somos una nación si no resolvemos esto.

¿Cómo fue la relación en el gobierno de Mauricio Macri? Y hoy me decían, doble pregunta si querés, que estuvo en algún momento más cerca de venir durante el gobierno de Alberto Fernández o había pensado venir en ese momento y que la pandemia en aquel momento por supuesto complicó la agenda.

Pero el motivo de fondo era la grieta, la utilización de su presencia, la parcialización.

Realmente él está, como lo estuvo San Martín, por eso los comparo, en el riñón de la grieta, la división que no hemos podido resolver. Todas las naciones han tenido grietas de origen.

Lo resolvieron en general por guerras civiles, por maduración, por consolidación del sistema.

Desgraciadamente el sistema no se termina de consolidar y seguimos manejando un sistema de grieta interna que no nos consolida como nación. Y esto lo estamos viviendo hoy en política doméstica.

Avanzamos en control del valor del dólar, en control de la inflación, pero se nos caen los con el consenso político, al contrario, cada vez hay menos consenso político en vez de más consenso político. Y el consenso político es tan o más importante que el precio del dólar.

¿Cómo perfilarías a Francisco en lo que tiene que ver con el ámbito internacional? Hoy veíamos el saludo de muchísimos mandatarios, lo cual puede ser una obviedad, en el caso de si falleció un papa es lógico el saludo de los mandatarios, pero se veía, y quizás es una percepción de un argentino, lo cual también está tenida, otra estatura, que realmente había de muchas figuras internacionales, el caso de Barack Obama, por citar alguno, un cariño importante y la mirada sobre Francisco como que tenía otra dimensión.

Pero no hay duda, lo que pasa es que nosotros mezclábamos al papa Francisco con Bergoglio, peronista, de guardias de hierro, que era amigo de uno, que era amigo de otro. Nosotros lo veíamos en una dimensión local, y yo diría miserable, a una figura de talla universal, de un enorme papa, no solamente de la Grecia católica, porque lo que hizo por la convivencia con las otras comunidades cristianas y no cristianas, yo soy judío y para mí es mi papa, era mi papa. Entonces esa dimensión en Argentina nos lo consume todo la grieta, nosotros tenemos