
Dinero diverso, libertades diversas: infraestructuras monetarias para la solidaridad y la sostenibilidad medioambiental
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¿Realmente el dinero nos da toda la libertad que necesitamos ante los desafíos globales? El dinero, típicamente asociado a la libertad individual (negativa), se enfrenta a la erosión de sus marcos tradicionales debido a la creciente interdependencia global y a problemas como el cambio climático, que la infraestructura monetaria actual no internaliza adecuadamente. Por ello, se argumenta a favor del desarrollo de nuevos tipos de dinero que puedan internalizar estas interdependencias y fomentar la libertad positiva, impulsando la acción colectiva y abordando desafíos contemporáneos.
Bazzani, G. (2025). Diverse money, diverse freedoms: monetary infrastructures for solidarity and environmental sustainability. Revista Española de Sociología, 34(2), a259. https://doi.org/10.22325/fes/res.2025.259
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A ver, una pregunta para empezar.
¿Y si el dinero que usamos cada día, bueno, el euro, por ejemplo, no fuera solo para comprar cosas? Si pudiera ser una herramienta para construir una sociedad, pues, más justa, más sostenible.
Pues, mira, esa es justo la pregunta que lanza Giacomo Bazzani en un artículo de investigación, la verdad es que muy interesante, publicado en la revista española de sociología.
Nos hace mirar el dinero con otros ojos.
Sí, exacto.
Hoy vamos a meternos a fondo en ese análisis, en esa relación tan compleja entre dinero y libertad.
Porque Bazzani cuestiona mucho esa idea que tenemos del dinero como algo neutro, no un simple medio de cambio y ya está.
Eso es.
Tradicionalmente, lo vemos ligado a la libertad negativa.
O sea, la libertad de que nadie se meta en mis asuntos económicos, mi autonomía para comprar, vender, lo típico.
Vale.
Pero lo que argumenta Bazzani es que este modelo, bueno, se está quedando un poco corto.
Sobre todo, con los líos que tenemos ahora a nivel global, el cambio climático, la desigualdad, que no para de crecer.
Claro.
Profundicemos ahí.
El artículo dice que nuestra interdependencia, que cada vez es mayor, y esas famosas externalidades, como las emisiones de CO2, que el coste real no está en el precio.
Exacto.
Pues que todo eso está, digamos, debilitando las bases de esa libertad tan individualista del dinero de siempre.
Justo.
Es que ese dinero, que se supone neutral, al final ha sido la herramienta que ha facilitado una economía basada en combustibles fósiles durante décadas.
Y, paradójicamente, ha ayudado a crear las crisis que ahora mismo amenazan nuestro futuro colectivo.
Vaya.
O sea, que la herramienta de la libertad individual ahora nos limita para actuar juntos.
Pues sí.
Esa es un poco la encerrona.
La herramienta se vuelve en contra, en cierto modo.
Limita nuestra capacidad de respuesta colectiva.
Entonces, ¿qué propone Bazzani? Porque no se quedará solo en la crítica, imagino.
No, claro, claro.
Propone que necesitamos pensar y desarrollar nuevos tipos de dinero.
Dinero que esté diseñado ya de entrada para internalizar esas interdependencias que mencionabas.
Internalizar.
¿Quieres decir que el propio diseño del dinero refleje valores sociales, ecológicos? Exacto.
Que los costes o beneficios para todos, para la sociedad, para el planeta, influyan en cómo funciona ese dinero.
Que no sea ajeno a eso.
Entiendo.
Sería pasar de un dinero que solo busca la libertad de que no me molesten, a uno que potencie la libertad para actuar juntos.
Como una libertad positiva, ¿no? La capacidad de construir algo común.
Esa es la idea central, sí.
La libertad como capacidad colectiva.
Y lo bueno es que el artículo no se queda en teoría pura, ¿eh? Analiza ejemplos que ya existen o que se están pensando.
Como Sardex en Cerdeña.
Ah, Sardex.
Sí, he oído hablar.
Nos cuentas un poco cómo va.
Pues es una moneda complementaria.
Funciona como una red de crédito mutuo entre empresas de allí, de Cerdeña.
Importante, no se puede cambiar por euros.
Su objetivo no es acumular, sino que las cosas se muevan.
Facilitar el intercambio local.
O sea, que si una empresa necesita algo, pero no tiene euros en ese momento.
Puede usar Sardex para comprar otra empresa de la red y esta a su vez lo usará con otra.
Se concede en crédito entre ellas, en Sardex.
Y así mantienen la actividad, sobre todo cuando falta liquidez en euros, que pasa a menudo.
Qué interesante.
Fortalece el tejido local, la cooperación entre ellos.
Vamos, que demuestra que el dinero puede tener un fin más allá del puro beneficio individual, ¿no? Justo.
Justo a eso apunta Bazzani.
Lo más llamativo es que las propias empresas que lo usan no solo lo ven útil, sino que sienten que refuerza su comunidad frente a la competencia de fuera.
El dinero ahí crea lazos, confianza.
Es diferente.
Vale, Sardex como ejemplo práctico.
Y menciona otro, ¿verdad? Algo llamado Twin Money, dinero gemelo.
¿Eso qué es? Suena a...
Sí, este es más un concepto teórico.
Todavía no está implementado a gran escala.
Pero es muy sugerente, la verdad.
A ver, imagina una moneda paralela al euro, emitida por el Estado.
¿Vale? Pero la clave es esta, no sería transferible entre personas.
¿Cómo? No transferible.
¿Y entonces para qué serviría? ¿Cómo circula? Pues la idea es que el Estado la usaría para reconocer y de alguna forma remunerar cosas que hacemos por el bien común, pero que el mercado ignora totalmente.
¿Cómo qué? Pues cuidados a personas dependientes, voluntariado para limpiar un bosque, participación ciudadana en proyectos locales.
Cosas así.
El Estado certificaría que has hecho esa contribución y te pagaría en esa moneda gemela.
Ah, entiendo.
¿Y esa persona y solo esa persona podría usar esa moneda gemela para pagar, no sé, impuestos locales quizás o en ciertos comercios? Exacto.
Se crearía un circuito cerrado donde se da valor monetario a ese trabajo que es súper necesario para la sociedad, pero que hoy en día es invisible para la economía formal.
Reconocería y recompensaría labores esenciales.
Cambiaría mucho la percepción de lo que es trabajo valioso, ¿no? Fomentaría esa libertad positiva que decías, la capacidad real de contribuir al bien común y que se puede hacer.
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