Dispuestos a pagar El Precio

Bienvenido a la Iglesia de la Puerta Abierta.

Queremos que conozcas a este hombre.

Inspiración y desafío por un invitado especial.

Bueno, buenos días a todos.

Esteban magistralmente nos dio la teoría de lo que significa pagar el precio, dispuestos a pagar el precio.

Déjenme dar la práctica, en eso habíamos quedado, de poder compartir cómo se hace esto de pagar el precio.

Esteban, con mucho más espiritual que yo, dio todos los pasajes bíblicos que apoyan pagar el precio.

Y ahora déjenme compartir ejemplos de lo que es estar dispuestos y...

No dice yo, y...

Pueden leer, no tengan miedo.

Dispuesta, no dice...

Dispuestas, dice dispuesta.

Y ahora vamos a ver por qué esto de pagar el precio.

Y una de las cosas que nosotros, los mitripas, ¿saben lo que son los mitripas? ¿Alguien me puede decir que es un mitripa? No tengan miedo, en serio, están así como tipo misionero transcultural de la Iglesia de la Puerta Abierta.

Los que no saben de lo que significa pueden ver el vídeo de ayer cómo lo definimos.

Y una de las cosas que los mitripas tenemos que hacer es redefinir nuestra identidad.

¿Cómo redefinir nuestra identidad? Sí, porque la realidad es que a partir de ahora, a partir de que uno es misionero, ya perdió el nombre.

Ya es el misionero.

No es que viene Adrián ahí, no, viene el misionero.

Y todos nos dicen cómo vive el misionero, qué es lo que tiene que hacer el misionero.

Todos saben.

Y hay un estereotipo de lo que es el misionero perfecto.

Que ayer en la orilla estuvo buenísimo porque lo mostraban así.

Les cuento un poquito.

Una de las tantas veces que vine aquí, alguien me prestó una bicicleta.

Y alguien que quiero muchísimo me vio con esa bicicleta y dice, al fin veo un misionero como la gente andando en bicicleta.

Como si mi misioneridad dependiese de dos ruedas.

Como si mi misioneridad dependiese de la cantidad de ruedas de un vehículo.

Y esto de lo que significa ser un misionero y que ya está todo estereotipado.

Una de las personas que más vive, que más sabe de misiones, se llama Fred Bisley.

Y él me dijo una vez, yo había ganado un dinero en el banco y teníamos un dinito para comprar un auto allá en el norte de África donde estamos.

En el norte de África el Mercedes-Benz es un coche extraordinario.

En todas partes es un coche extraordinario, pero lo arregla cualquier mecánico de cualquier parte de África porque realmente se ata con alambre.

Y ahí llegan muy baratos.

Y había llegado un Mercedes-Benz que tenía 20 años, literalmente 20 años, y costaba mil dólares.

Es así, ¿no? ¡Guau! Entonces yo digo, voy a comprar este.

Y Fred me dice, Adrián, no compres un Mercedes-Benz.

Pero escúchame, Fred, sale mil dólares, tiene 20 años, el motor es perfecto, no lo compres.

No compres el Mercedes-Benz porque cuando te vayan a visitar de Argentina, que te van a visitar, cuando vuelvas a persona, le van a preguntar...

¿Por qué se ríen ya tan...? ¿Ustedes también preguntarían eso? ¿En qué auto anda Adrián? Entonces la respuesta va a ser en un Mercedes-Benz.

Toda la parte de 20 años, mil dólares, se quedó en el Atlántico y la contrarrespuesta va a ser, ah, qué coche tiene el misionero.

Ahora, esto es un poquito lo que vivimos, pero también está el estereotipo del misionero que está en el África con yugurtu ungue, con los huesitos acá.

Y ese es el estereotipo que tenemos.

Por los Orlando, a España, dicen misioneros, siento mucho lo que voy a decir, en el primer mundo, que les debe partir la nuca.

¿Dónde están? Les revienta que le digan misioneros en el primer mundo.

¿Por qué este estereotipo es tan equivocado? Ellos están en Barcelona.

¿Saben que Barcelona es la principal ciudad española con yihadistas?