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Disturbios raciales en Launcenston. 1943 [Capítulos de Historias 265]

Description of Disturbios raciales en Launcenston. 1943 [Capítulos de Historias 265]
Era una fresca tarde de septiembre de 1943 y una columna de soldados estadounidenses se ponía en marcha. Completamente armados con fusiles de asalto, rifles y bayonetas, avanzaban en una formación suelta hacia su objetivo.
El sonido de sus botas militares golpeando la carretera a lo largo de casi un kilómetro y medio resonaba en la oscuridad de la noche. Fue algo que los testigos recordarían hasta el día de hoy. Más tarde se dijo que parecía que una «compañía entera» de tropas atravesaba la noche.
Sin duda, los soldados se preparaban para el combate de sus vidas. Pero no eran las fuerzas del Eje las que tenían en su punto de mira. Increíblemente, esta escena de batalla inminente no estaba ocurriendo en algún lugar de la Europa ocupada por los nazis, sino en el frente interno de Gran Bretaña, concretamente en la ciudad mercado de Launceston, en Cornualles.
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Buenas y bienvenidos a Superbia in Proelio, podcast dedicado a la historia militar e historia contemporánea.
Era una fresca tarde de septiembre del 43, y una columna de soldados estadounidenses se ponía en marcha.
Completamente armados, con sus fusiles y sus bayonetas, avanzaban en una formación hacia su objetivo.
El sonido de estas botas, golpeando la carretera a lo largo de casi un kilómetro y medio, resonaba en la oscuridad de la noche.
Fue algo que los testigos recordarían hasta el día de hoy.
Más tarde incluso se dijo que parecía que una compañía entera de tropas atravesaba la noche.
Sin duda estos soldados se preparaban para el combate de sus vidas.
Pero no eran las fuerzas del eje las que tenían en su punto de mira.
Increíblemente, esta escena que os he pintado de batalla en mi lente, no estaba ocurriendo en ningún lugar de la Europa ocupada por los nazis ni en África, sino en el frente interno en Gran Bretaña.
Concretamente en la ciudad mercado de Launceston, en la zona de Cornwallis.
Buenas y bienvenidos a SuperBien Proelio, en este capítulo de historia vamos a hablar sobre la revuelta de Launceston.
Ante esta escena, la policía militar que patrullaba la ciudad podía sentir el peligro inminente.
Esa noche todo estaba tan tenso que pensamos que algo podría empezar.
Se podía sentir la tensión en el aire.
Incluso los taberneros de los numerosos bares de la ciudad sintieron que era la calma que precedía a la tormenta.
Incluso llegó uno a cerrar temprano esa noche diciendo que sentía que algo iba a pasar.
De repente estas tropas en marcha aparecieron entropel de entre la oscuridad para rodear a un grupo de policías militares.
Todos estos compatriotas estadounidenses que estaban charlando junto a un jeep aparcado cerca del monumento de guerra de la ciudad.
Estos entre 40 y 50 soldados que subían por las calles.
Llevaban abrigos, caminaban casi en formación e iban directos hacia nosotros.
Pensamos que iban a empezar los problemas.
Todo esto dijeron estos policías rodeados.
Un hombre de la columna de soldados, aparentemente el portavoz del grupo, tomó la palabra y les preguntó directamente que por qué no les dejaban entrar a la ciudad y por qué no les dejaban ir a los bares.
Los haces de las linternas apuntaron a estos soldados que se acercaban cuando uno de ellos dio la orden.
¡Manos arriba! Los policías levantaron los brazos y retrocedieron.
Uno de ellos recordaría más tarde que incluso hoy oyó cómo se percutían los fusiles listos para disparar.
Sólo hubo tiempo para darse cuenta de que estos soldados armados no sólo iban al lado sino que también ya le estaban apuntando.
Oí el chasquido de un cerrojo y un disparo cayó a nuestros pies.
Alguien gritó, agáchate y saltamos bajo el coche.
A continuación llegó una nanada de disparos.
Sentí una bala pasar zumbando a mi lado.
Una linterna reveló que uno de estos soldados que disparaba llevaba un abrigo y disparaba su rifle desde la cabera.
Una pausa después y el caos era lo que habían dejado.
Fueron soldados británicos, civiles, chicas de la UAF y del ejército de tierra así como también estadounidenses bajo el fuego, los cuales se pusieron a cubierto en medio de todo este rebote de balas.
Un anciano diría al día siguiente al periódico Daily Mirror lo siguiente, no ha habido nada igual desde los días de los contrabandistas.
Nadie sabe en realidad con certeza el número de soldados que participaron en los combates de aquella noche en Lausston.
Lo que sí que se sabe es que participaron muchos y que los hombres procedían del 581 compañía de municiones y de artillería y estos fueron los que afrieron fuego contra el segundo batallón de la 115 de Infantería.
Todo terminó en 5 minutos antes de que estos tiradores se fundieran en la noche.
Lo que dejaron atrás fue el centro de una ciudad estorzado por los disparos, con soldados y civiles conmocionados, escaparates de las tiendas hecho añicos e incluso dos jeeps del ejército estadounidense agraviados.
A esto hay que añadir que hubo dos víctimas, exactamente dos sargentos que debido a todo este tumulto acabaron con las piernas destrozadas.
Y lo que es peor, la reputación de este ejército estadounidense que quedó tan dañada como todos estos ladrillos y tiendas.
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