El doble crimen de Almonte (II)- Tráiler 073#

Escúchame, cierra tus ojos pronto, alguien está en la ventana, o llamando a la puerta, o quizás no, se oyen ruidos en casa, ¿escuchaste?, ¿hay alguien a tu lado?, la sediciosa noche Él está cerca, y me pregunto, ¿qué se rompe en el alma de un hombre para llegar a matar?, ¿qué ha ocurrido en su corazón para cruzar los límites del tabú ancestral?, ¿qué lo ha conducido al día de autos? Les habla Francisco José Fernández Cruz Sequera, y les doy la bienvenida a este programa en el que cada viernes recorremos la naturaleza del crimen y del criminal.

Comenzamos.

Buenas noches y bienvenidos a El Día de Autos.

En el programa de hoy recogemos la segunda parte del doble crimen del monte.

Una segunda parte que suelen decir que no son buenas. Segundas partes nunca fueron buenas.

Y en este caso creo que es justo todo lo contrario.

Porque en esta segunda parte es donde encontramos la parte más importante de este caso.

Que alguien llegue y mate a un niño o que alguien llegue y mate a otra persona adulta no es una novedad.

Son cientos de casos anuales.

Pero en los hechos que se desarrollan con posterioridad al hecho criminal, ahí sí encontramos circunstancias y particularidades que distinguen a unos crímenes de otros.

En el caso presente, según se dice en las propias sentencias que resuelven los recursos planteados por las acusaciones particulares, se dice claramente que la función de esos órganos judiciales es sólo verificar si efectivamente el veredicto del jurado estaba suficiente y debidamente motivado o no lo estaba.

Y dicen que sí lo estaba.

Pero también dicen que si se hubiese dictado un veredicto en sentido completamente opuesto a aquel en el que se hizo, estaría también perfectamente fundamentado con las pruebas que había en el procedimiento.