Domingo 10 de noviembre – Marcos 12, 38-44. Esta viuda pobre ha echado más que nadie.

Esta viuda pobre ha echado más que nadie a todos nos resulta fácil ver esta escena en el templo de jerusalén las grandes huchas de los donativos gente que iba incluso con sacos y que hacía mucho ruido para que todo el mundo viera lo generoso que es una pobre mujer con sus céntimos sin que nadie la viera solo jesús se fijó dio tal vez lo mínimo pero lo que tenía para vivir a veces tenemos que pensar que la vida lo importante no es la cantidad sino que es la calidad no yo hago muchas cosas trabajo a todas horas y tengo dices bueno pero lo haces con cariño o realmente a veces hay gente aparentemente hace mucho menos pero la eficacia de lo que hace cómo está hecho con todo el cariño con toda ilusión y poniendo todo el corazón tiene muchísimo más valor porque no es mejor persona el que más tiene no es persona más importante ni el más rico en el que tiene más títulos ni el que sabe más cosas ni el que es una persona que llega hasta no de hecho las personas que son sencillas las personas que son pobres lo poco que dan cuando nos dan con todo el amor con toda la ilusión con todo ese corazón limpio hacen muchísimo más bien y por eso nosotros tenemos que pensar primero con qué intención hacemos las cosas segundo damos lo que nos sobra o damos de lo que incluso es que forma parte de nuestro bienestar claro querer a alguien echando un rato que es un dato que no iba a hacer nada bueno pues está bien quererles ahora cuando tú renuncias a tus planes renuncias a tus proyectos no a tu bienestar incluso denuncias a un poco de dinero porque pero por alguien es que estas queden de verdad no estás dando algo que te sobra estás dando algo que era para tus necesidades y lo estás implicando a los demás y fijos este ejemplo de esa pobre mujer viuda siempre quedará para toda la historia como el modelo de alguien que su limosna no es decir voy a acumular para para no sino que ella entiende que su limosna es su propia vida mínimos no es mi tiempo mi limosnas mi capacidad de comprender mi limosna es querer estar con aquellos que sufren y sobre todo en los momentos más dolorosos de sus vidas esas la limosna que agrada a dios y esa es la donación que realmente importa cuando uno da va tengo siete millones voy a dar uno pues dices bueno vale bienvenido sea pero el problema es cuando uno dice no pues pues tengo a la mejor siete setenta euros y voy a dar sesenta y cinco porque me quedaré cinco para comer si acaso pensémoslo ese blog si somos sabemos ser generosos o si realmente damos lo que nos parece que podemos quedar bien y qué nos afecta mucho en nuestra vida obviamente cuando amamos a los demás nos duele sí cuando amamos a los demás rompemos nuestros planes si cuando amamos los demás renunciamos a cosas que en teoría tendríamos derecho pero bueno ahí esta es un modo de demostrar que la verdadera limosna es dar la vida no daré el tiempo no dar las cosas sino darme a mí mismo y gratuitamente a los demás