Domingo 11 de mayo – Juan 10, 27-30. Yo doy la vida eterna a mis ovejas.

Yo doy la vida eterna a mis ovejas. Este cuarto domingo del tiempo de Pascua la iglesia nos invita a considerar a Jesús como el buen pastor, el buen pastor que da la vida eterna a las ovejas. Fijaos que el pastor es aquel que protege, aquel que conduce, aquel que se sabe el camino y generalmente el pastor es el que está dispuesto a gastar su vida en las ovejas. De hecho los pastores antiguamente estaban meses y meses seguidos cuando tenían que entrar a su mar e ir del norte al sur de España, por ejemplo, evitando los fríos, evitando los peligros. Que Jesucristo sea el pastor de todos aquellos que somos sus discípulos significa que estamos protegidos, que estamos cuidados y que hay alguien que se preocupa por nosotros.

A veces cuando uno está muy solo o tiene una enfermedad y ve que la familia no puede hacer nada o que incluso la familia no está, uno se pregunta ¿yo le importaré a alguien? ¿le importo de verdad a alguien? ¿la gente me quiere pues por lo que les doy, por lo que hago por ellos o la gente realmente me quiere por lo que soy? Y entonces te das cuenta como Jesucristo, que no necesita nada de nosotros, se ocupa, se implica y le preocupa, en el buen sentido de la palabra, todo lo que nos vaya pasando y él no va a permitir ni que vengan los lobos y si vienen los lobos a intentar rompernos él se va a poner entre el lobo y cada uno de nosotros, pues dice yo doy mi vida por vosotros y además os doy la vida eterna.

Nosotros también rezamos muchas veces un salmo que hace referencia a esto, el Señor es mi pastor, nada me falta, porque cuando uno se da cuenta pues que por sí mismo no se vale, cuando uno se da cuenta que la vida a veces es mucho más difícil que lo que uno se imaginaba, dices ¿dónde encuentro yo fuerzas? ¿dónde encuentro una guía? ¿dónde encuentro un apoyo? Y sí, tendrás un punto de referencia, puedes tener tus hijos, tus padres, puedes tener alguien que para ti es una figura de autoridad, pero en el fondo el que siempre va a estar, el que siempre ha estado y nunca te va a fallar, es Jesucristo. ¿Cuál es su tarea? Guiarte para que llegues a esa meta definitiva que es el cielo. Eso Jesucristo quiere que de algún modo que escuchemos su voz, porque él conoce la nuestra, quiere que le sigamos en el sentido que todo lo que nos pida en esta vida primero lo va a vivir él.

El Papa Francisco de feliz memoria nos decía que Jesús nos primerea, es decir, que va caminando por delante de nosotros de manera que cualquier cosa que nos haya pedido, por muy difícil que sea, eso significa que él antes la ha experimentado en su corazón. Nosotros tenemos confianza, tenemos confianza porque Jesús ha querido ser pastor y nada se lo impide siempre y cuando que nosotros le dejemos. Y por tanto, ¿quién lidera tu vida? ¿A quién le das autoridad? ¿De quién te fías? ¿En quién te apoyas? Eso es lo que significa realmente que Jesús sea el buen pastor, el que da la vida por las ovejas, el que dio la vida por nosotros en la cruz, pero después, por supuesto, el que en la resurrección nos devuelve la vida eterna.