¿Dónde estás mi Reina? - Karma Rol - Sesión 2 - Dirige Valle

Y, antes de que Amina y Nuño nos cuenten cómo salieron de esa torre de Londres después de encontrarse con Tomás Moro, vamos a viajar a mediados de diciembre del año 1501 al castillo de Dluddo. Vamos a colar nuestra cámara por sus pasillos marmóleos, por esas ventanales que tienen las cortinas recogidas a los lados y permiten que la luz de esta mañana soleada de diciembre, aunque extraña, esos rayos de sol intentan colarse por las nubes, iluminen y nos marquen el camino hacia una habitación, una habitación de puerta doble, que ahora mismo está cerrada, pero con ese haz de luz vamos a poder colarnos por la rendija de debajo.

Vamos a ver la habitación real, una cama con dosel, con mantas que acoge a dos cuerpos. Vemos a los recién casados Catalina y Arturo, ambos están bajo las sábanas con la frente sudorosa, los cabellos cobrizos de Catalina se desparraman por la almohada de sábanas de color blanco. A su lado Arturo, de tez aún más pálida que la de su reciente esposa, cabellos rizados morenos pegados a su frente. Vamos a ver cómo ambos se miran y sonríen. Por eso me pusieron Arturo, porque se esperan grandes cosas de mí.

Catalina rota sobre sí misma, quedando tumbada sobre su brazo izquierdo, mirando directamente al rostro, al perfil de su esposo. ¿Y tú Arturo? ¿Tú qué es lo que esperas de ti? Eso no importa, lo único que importa es lo que es mejor para el reino y lo mejor que le podía haber pasado en la tierra. Eres tú. Vemos cómo la mano de Arturo acaricia el rostro de Catalina cuando una puerta se abre.

Y la puerta que vemos abrirse es la del dormitorio de Amina. Volvemos a Londres, 1529. Sus ropas están manchadas de sangre, la cara de Amina sigue llena de barro, no sé siquiera si le ha dado tiempo a lavarse en el río, a lo mejor incluso más exitosamente que esa sangre que aún le quedan salpicaduras por partes de su vestido. Nuño quizás se haya despojado de esa armadura para no levantar sospechas cuando se acercase en la palacio.