Dos santos que nos alegran y audiencias que dan miedo. P.Santiago Martín FM) Actualidad comentada

Es un gozo extraordinario, por lo menos para mí, ver el entusiasmo, el cariño con que es acogido el Papa León XIV cuando está en medio de su pueblo.

Este domingo ha tenido lugar la canonización de dos santos, San Pier Giorgio Frassati, San Carlos Acutis, en una plaza de San Pedro llena a rebosar y que iba más allá a lo largo de la vía de la conciliación y llegando hasta el Tíber.

No quiero entrar en las habituales guerras de cifras, pero puedo asegurar que allí no cabía un alfiler.

Y ha sido para mí una inmensa alegría ver el cariño de la gente hacia el Papa cuando en el Papamóvil se desplazaba durante bastante tiempo por medio del pueblo de Dios.

Cómo le quieren, con qué amor han acogido al nuevo pontífice que ahora está a punto de cumplir el lunes cuatro meses de haber sido elegido sucesor de San Pedro.

También es una gran alegría ver la satisfacción del Papa, el rostro del Papa, su enorme sonrisa cuando pasaba en medio de la gente y se le veía absolutamente feliz al pueblo de Dios con él y a él con ese pueblo que le quiere.

No podía haber empezado mejor el pontificado de León XIV.

Es realmente algo extraordinario y gozoso.

Hay una sintonía y un cariño extraordinario, aunque naturalmente no faltan críticas de unos o de otros.

En la humilidad de la canonización de estos dos jóvenes italianos, uno que murió con veinticuatro años al principio del siglo XX y el otro que ha muerto con quince años al principio del siglo XXI, el Papa ha querido hacer una catequesis vocacional.

Ha aprovechado la juventud de ambos para hablar a todos, ciertamente, pero de una forma especial a los jóvenes.

Y a decirles, mirad, el tiempo pasa veloz, nunca sabes lo que te puede ocurrir.

Estos dos han muerto rapidísimamente, uno en tres días con una meningitis fulgurante fruto de que se había contagiado de la poliomelitis mientras que estaba haciendo obras de caridad y el otro en una semana con una leucemia también galopante, el tiempo pasa veloz, pero si se está con Dios, se pueden hacer obras grandes aunque no se tenga mucho tiempo y en cambio, si no, la juventud pasa y te encuentras después con las manos vacías.

Les ha invitado a todos, nos ha invitado a imitar a estos dos extraordinarios jóvenes, un joven y un adolescente, en ese amor radical, en esa entrega absoluta al Señor.

Decía citando una frase de San Pier Giorgio Frassati, si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final, hasta ese final que para este joven santo turinés del norte de Italia era la escalada de los Alpes.

Esta es la fórmula, añadía el Papa, sencilla pero segura de su santidad y es también el testimonio que estamos llamados a imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo. Un santo como San Carlos Acutis que ha conmovido a tantos, cientos de miles de personas, nos muestra que la cuestión no es tener mucho tiempo para hacer cosas, sino dedicar todo el tiempo que tienes a Dios y a las cosas de Dios. Y dentro de esas cosas de Dios, con ambos, Pier Giorgio Frassati y Carlos Acutis está de una manera especial la Eucaristía.