Efectos de un avivamiento

Salmo 85. Señor, ¿volverás a darnos vida? Los expertos en esto lo suscriben al despertar de Dios para los últimos tiempos. Y estos últimos tiempos se han enunciado o se ha pronunciado a través de las etapas del tiempo. Para la iglesia primitiva estaban a un paso para la venida del Señor. Ellos sentían que ya Jesús estaba de nuevo frente a ellos.

La aspiración de ellos era ganar a otros para incluirlos en el abordaje. Porque la venida del Señor estaba cerca. Y parece que esa concepción de esa fe, de ese principio, es la que no puede permitirnos vernos como satisfechos por lo que ya nosotros hemos logrado en Cristo, mientras hay tantos en el mundo que están muertos en delitos y pecados.

De esos tantos otros, algunos son contados como parte de nosotros de manera directa.

Ahí hay hijos que están como muertos en delitos y pecados, ahí hay nietos que están como muertos en delitos y pecados, ahí hay cónyuges que están como muertos en delitos y pecados.

Ahí hay suegros y consuegros que están muertos en delitos y pecados.

Esa convicción en el alma de los primeros no les permitió estar apáticos, indiferentes o atemorizados a causa de la persecución. Para ellos estar envueltos en persecución era como la recompensa más grande de parte de Dios por encontrarles como dignos de padecer por causa de Jesús. No era sinónimo de tristeza o de lamento, sino que el sufrimiento lo abrazaban con gozo y con alegría, porque se habían dado cuenta que no había una razón distinta del por qué eran llevados o conducidos a ello, sino era por su afecto por la persona de Jesús, sino por su fe concluyente en que fuera de Cristo no había vida. Y tengo que decirlo una vez más hoy, fuera de Cristo no hay vida. Una vez más, fuera de Cristo no hay vida.

Si a usted le han recetado para los suyos otro sistema o medio, querido hermano, levántese e impóngase sobre sus rodillas y usted pueda decir Dios, yo rechazo ese otro método porque no hay ningún otro nombre en quien podamos ser salvo, sino solamente tu nombre, oh Señor Jesús. Como Atalaya tendrá que levantarse, como Atalaya tendrá que hacerlo. No discusiones con ellos. Testimonio franco, genuino de quién es usted en Jesús.

Y sus oraciones, nuestras oraciones, envueltas en unción, podemos tomar las palabras de Isaías, la unción del santo rompe el yugo. Queridos hermanos, a través del tiempo desde la iglesia primitiva vamos a los días de la persecución de la mal llamada Santa Inquisición y tantos otros momentos que actualmente ocurren en el mundo, particularmente con un movimiento extremo religioso, cuya misión es hacer desde la iglesia.