En el día de Tomás de Aquino

En Nápoles, en la iglesia de San Gabriel, el señor le preguntó a Tomás
¿Has escrito bien de mí? ¿Qué quieres que te dé?
¿Qué quieres que te dé?
Curioso, una pregunta que se ha repetido en varias ocasiones
Me acuerdo que en el Libro de los Reyes, cuando falleció David
y se quedó al mando del pueblo de Israel, el pacífico Salomón
que eso significa su nombre
El señor también le hizo esa pregunta
Y Salomón, que era muy inteligente, le pidió al señor lo que consideraba el don más importante
Concede, le dijo, nosotros se lo podemos pedir también
Concede a tu siervo un corazón dócil, al que tú puedas ir llevando donde quieras
Así suele traducirse
Pero una versión más fiel al texto original debería decir
Dame, señor, un corazón que escuche
También se lo pedimos
Porque estamos haciendo oración
Que yo te escuche, así acertaré
No es extraño que a Yahvé le gustara tanto esa petición
Porque él, muy a menudo, había dicho a su pueblo
Escucha, escucha Israel
Escucha, pueblo mío
Igual nos dice a nosotros
Escúchame
¿Qué lógico resulta decirle ahora el señor esto?
Sé tú mi maestro interior
Hemos contemplado en Navidad, qué larga distancia
No se para ya de la Navidad, ¿verdad?
Psicológicamente
Contemplamos que la verdad
Con Bayúscula se ha hecho carne
Y hemos de escuchar
Esa verdad que se ha encarnado
Y que tenemos ahí
Parece que está callado
Porque todo lo que tenía que decir ya lo ha dicho
Pero hay que escucharle
Ahora que queremos estar a solas con Dios
Es cierto que casi nunca nos separamos de Él
Es difícil
Separarse radicalmente de Dios
Puede suceder que las cosas del señor
Las cosas suyas, de Él
No se acaben distanciando del señor de las cosas
Como algunas veces un marido puede decirle a su mujer
Nosotros también oímos en el fondo de nuestro corazón
En la conciencia oímos la voz de Jesús que nos dice
Dedícame tiempo
Y aquí estamos para mirarle
Contemplarle, escuchar su voz
Porque Jesús es el Emmanuel
Dios con nosotros
Dios que está con nosotros
Y quiere decirnos
Que seamos dóciles
Para acertar
Para que seamos felices
Sabemos que en un momento de la historia
Dios pidió la colaboración de una adolescente
La vocación, la llamada de esta chica
Y el nacimiento de Jesús en ella
Aunque fue una cosa extraordinaria