EL ENTORNO DEL MONGE 16-06-25

Y de todo se desprende que el día siempre amanece. Siempre amanece.

Lo único que hemos de conseguir es verlo nacer y crecer a su lado.

Bienvenidos. Espero que a la entrega de estas palabras estén en perfecta sintonía con la buena salud.

Hola, buenas tardes. Buenas tardes, queridísimo Javier Gámez. ¿Qué tal? ¿Cómo estamos? Buenas tardes, Enrique. Enol, buenas tardes. Y buenas tardes a todos nuestros escuchantes.

Bueno, ¿cuál es tu reflexión de este primer día de la semana? Pues mira que me gustaría hablar de cosas positivas y cosas alegres, pero desgraciadamente estamos en un periodo de la vida, de nuestra vida y de esta época que vivimos, en donde, no sé, el otro día hablábamos de la crispación, de la polarización, pero una cosa es la crispación, otra la polarización y otra muy distinta es llegar a unos límites en los que se están llegando a situaciones de puro odio.

Odio.

Y eso es lo que quería hoy hablar. Quería hablar del odio.

Mal tema, ¿eh? Mal tema, pero que se está instaurando, desgraciadamente, en nuestro círculo más cercano, pero también, como vemos, a nivel mundial.

Yo recuerdo siempre a un político que me decía, en su momento, cómo discutía en el Parlamento con su adversario y al final pues terminaba la discusión, el debate, acalorado muchas veces, pero se terminaban yendo a tomar un café, una cerveza.

Eso no ocurre ahora, desgraciadamente, y vemos cómo hoy ese adversario político se convierte, más que en adversario político, en enemigo político.

Y no me gusta nada.

No me gusta nada porque se está instaurando en la clase política, pero, desgraciadamente, y esto es lo más peligroso, se está también instaurando en muchos ámbitos de la sociedad.

Podemos circunscribirnos también al mundo del deporte.

En el mundo del deporte, en el mundo del fútbol, que es el deporte que nosotros más seguimos, vemos cómo también hace años la rivalidad, que siempre existió entre distintos equipos, pues veías al adversario y, al mismo tiempo, en las gradas de los estadios se veían aficionados de uno y otro equipo juntos.

Hoy en día sabes cómo llevan a los aficionados de los equipos que visitan una ciudad, pues los llevan como enjaulados, los aíslan porque puede haber algún incidente.

Son situaciones muy complicadas.

Estamos viendo lo que se está produciendo en Oriente Medio.

Irán, terrible. Israel, Palestina.

Allí hay odio auténtico.

Allí la convivencia que en algún momento se dio en aquella zona, a pesar de que siempre hubo una cierta animadversión entre unos y otros, pero la palabra animadversión no conlleva eso tan negativo del odio.

Entonces el odio, que puede surgir por diversas razones, incluyendo resentimiento, envidia, miedo a lo diferente, ideologías o apuestas, la necesidad de encontrar muchas veces un chivo expiatorio, todo esto puede ser la respuesta a ese sentimiento de odio y al final te conduce el odio muchas veces a la frustración.

El odio a menudo se alimenta de experiencias pasadas y puede ser exacerbado por prejuicios y por presiones sociales.

Te voy a citar algunas de las principales causas del odio, las causas específicas del odio y que nuestros escuchantes se pueden ir dando cuenta de cómo todos están relacionados con problemas muy de actualidad.

Por ejemplo, el resentimiento.

Existe ese resentimiento y podríamos decir que