Entrevista a Álvaro Muñoz Castro

Permíteme que tengo al representante de hace 200 años de Dairo Moreno que es mi amigo Álvaro Muñoz Castro. Doctor Muñoz Castro, ¿cómo Menebaque ha hecho, hombre? Marino, buenas tardes. Gracias por lo de los 200 años. Muy bien, gracias a Dios. Un saludo a toda la afición y especialmente a los amantes del fútbol bien jugado que Dairo es una figura que es representativa y pues nos tiene felices. Doctor Muñoz Castro, creo que primero se va a acabar usted como empresario que Dairo como goleador. Definitivamente Dairo está dando muestras de lo que es la capacidad, la resiliencia, uno cuando es capaz de hacer y manejar su cuerpo a su antojo porque de verdad todo es mental.

Ese pelado ya me dice que no va a jugar dos años más sino tres o cuatro.

Entonces pues esperemos de que la vitalidad, la fortaleza que tiene Innata la saque a relucir y pueda lograr sus objetivos. Usted fue un excelente jugador de fútbol en Deportivo Cali en América. Cuando jugábamos allá en el edificio venezolano, que éramos compañeros de estudio y toda esa cuestión, desde ahí era un crack. Pero hombre, cómo hace uno para entender.

Esta es la que no me quiero tragar y aquí voy con usted que lo conoce pues como la palma de su mano. Que Dairo es borracho, que es alcohólico. Yo digo, ¿cómo hace un borracho para llegar a los 40 años con semejante vigencia, correr en la paz y marcar tres goles? Yo ese cuentor me lo trago a que se los tome de vez en cuando, pero un vago no puede ser.

Para mí un vago se acaba a los 25 años, doctor Muñoz.

De acuerdo, Martíneo. Lo que pasa es que hay mucha historia, mucho amarillismo detrás de la manera de ser de Dairo. Dairo es un hombre jovial, es un joven porque si tú lo oyes hablar y convives con él, te das cuenta. Es una moneda de oro, pero es oro puro porque es un pelado que no tiene doblez. Lo que tiene que hablar te lo dice en la cara y que no le da pena. Tomaste? Sí, tomé. Pero él se conoce el cuerpo, además se entrena. No lo estoy justificando, no lo justifico porque un deportista tiene que ser íntegro. Si uno le exige a los hijos un buen comportamiento, a los compañeros un comportamiento excelente, pues a un goleador como Dairo hay que exigirle también.

Pero se le ha tenido correspondencia en el sentido de entenderle la necesidad. Él es muy, muy buen amigo. No sabe decir no. Y se divierte en la noche cuando le provoca, porque no es todos los días ni es a toda hora. Ni necesita para poder dormir o convivir un licor permanentemente, sino que cuando se quiere tomar sus tragos, se los toma. Y bueno, veo que no para todos el ejemplo del cuido es válido, porque también hay gente que lo maneja con un criterio diferente y ahí están los resultados de Dairo. La Proclama ya la lanzó Herrera, el arriero, en dos oportunidades.

Anoche inclusive pidiéndole a la selección colombiana que lo tengan en la cuenta. ¿Qué es lo que pasa con un goleador de esos que no lo llaman la selección para nada? ¿Cuál es el asunto ahí, doctor Muñoz Castro? Marino, voy a dar una opinión personal. No tiene nada que ver con el sentimiento, ni siquiera el de Dairo, porque Dairo ni siquiera toca esos aspectos. Pero ni el de Hernán Darío. Se ha sido muy injusto con él, porque hay gente... No quiero señalar ni quiero macartizar a nadie diciéndole que qué jugador no se ha tomado sus tragos y qué jugador no ha pasado una noche alegre. Son muy contados los que pueden levantar la mano y no pasa nada.

Pero Dairo, como se le ha hecho tanta bulla y hay gente tan de mala leche, perdónenme la expresión, que se explaya y se divierte dándole el juete y dándole con todo. Pero Dairo hace rato, yo no creo que exista en Colombia, los voy a juntar a todos los goleadores, a todos, y ahí donde ofrezco disculpas si la gente no comparte, que tenga el gol más claro como él. Las palabras que siempre me comentan y siempre retumban es el arquero la suelta y el defensa la deja pasar. Y esa la tiene clara y va a todas. Y cada que se equivocan él aparece. Ahí aprovechamos también para mandar una cuñita a la gente.