Entrevista en radio San Borondón a Laura Pérez (Global Sumud Flotilla)

Bueno, nos vamos a hablar con Laura Pérez. Laura, ¿nos escuchas bien? Sí, hola, buenos días.

Hola, muy buenos días. Bueno, Laura, médico, no sé cómo se diría, doctora, venga pues.

Médico está bien, sí.

Pues madre de tres niños, ciudadana comprometida contra el genocidio y padecimiento en Gaza, tantas y tantas cosas, Laura. Ah, qué tremendo, qué tremendo.

Hoy, el próximo viernes, día 12, han convocado esa marcha pacífica en apoyo a la flotilla.

Enciende una luz por Palestina, trae tu vela en la plaza del adelantado de la Laguna a las nueve de la noche.

Cuéntanos, cuéntanos, Laura, tómate todo el tiempo que necesites porque este tema es absolutamente prioritario.

Pues, bueno, efectivamente yo soy Laura Pérez, soy lagonera, soy ginecóloga, tengo tres niños, y en realidad, desde que comenzó toda esta desproporcionada respuesta al triste atentado del 7 de octubre, pues siento una pena constante, no logro como desvincularme emocionalmente de toda la información que llega desde Gaza, y la verdad que tampoco quiero hacerlo, porque al final siento que tenemos toda la responsabilidad de estar informados, y aunque nos duela, pues seguir ahí.

Y bueno, en ese contexto y entre otras cosas, finalmente nos hemos animado, formando parte del movimiento global a Gaza, de organizar esta marcha, que es el día 12, como bien has dicho, César, que sale del adelantado, cruzará la calle La Carrera hasta la Concepción.

Y bueno, será algo pacífico, silencioso, de apoyo a Gaza, sobre todo, y bueno, en este contexto también a la flotilla, pero sobre todo a Gaza, que no hay que perder el foco, que lo importante no es la flotilla, sino lo que está pasando en Gaza.

Formidable, formidable. Laura, extiéndete un poco más.

¿Cómo es posible que estemos viviendo este mundo tan, yo qué sé, no sé cómo definirlo, tan miserable? Como poco, ¿no? Es que desde luego, bueno, por un lado, por otro lado, muestras cómo tú haces, hay tanta gente comprometiendo su vida con la lucha para mejorar. Cuéntanos un poquito todo esto.

Mira, por ejemplo, tú, bueno, cuéntanos cómo estás viendo Gaza.

¿Te llegaste a comprometer personalmente al límite de participar en la marcha a Gaza, estar a punto de hacerlo en la flotilla? Cuéntanos, cuéntanos.

Pues eso, es que desde que empezó todo esto, yo entiendo que todo el mundo tiene acceso, pero es que hoy en día todo llega casi en directo, entonces es como muy doloroso.

Yo como médico estoy horrorizada con las cosas que veo, los hospitales, la gente operada sin anestesia, los niños amputados a pelo, que yo, mis hijos se caen y ya voy corriendo a ponerles un hielo, y digo, estos niños sufriendo un dolor inimaginable, probablemente sin su familia al lado, porque probablemente hayan muerto.

Yo digo, ¿cómo puede ser que esto esté siendo visto por los ojos del mundo y el mundo siga caminando? Es que yo no lo puedo entender.

Entonces, claro, yo tengo este sentimiento, y todas las noches yo leía y yo veía a mis hijos, los veo dormir en sus camas tan tranquilos, tan seguros, y yo pienso, ¿cómo puede ser que esto esté aquí? Que injusta es la vida, mis hijos sí, los de ellos no.

Entonces, con ese sentimiento empecé a meterme en todas las cosas que estaban haciendo, porque yo no soy una persona que haya participado en plataformas anteriores ni nada de eso, es que ha sido un dolor tan grande que me ha movido a intentar buscar, así me enteré de la marcha a Gaza, al principio me parecía imposible que yo pudiera ir, porque tengo tres niños en junio, el bebé tenía ocho meses, y veía que yo decía, yo no pudiera ir a esto, pero yo intentaba ayudar, entonces empecé a buscar financiación para la gente que sabía que quería ir, pero no tenía medios de desplazarse hasta allí, y empecé en el grupo del hospital, amigos, compañeros, yo misma, pues intentar buscar financiación para ayudar a la gente, al final cinco o seis personas conseguimos ayudar en la financiación, pero yo, igual, como que la sensación de que siempre podemos hacer algo más, podemos hacer algo más, y entonces, pues hablándolo en casa con mi pareja, me dijo, ahora es que tienes que ir, que nosotros no podemos quedar con los brazos cruzados, y si esta opción está, pues tienes que ir, y yo me quedo cuidando a los niños, porque si no iría.