Entrevista en Radio San Borondón a Víctor Albertos

Bueno, nos vamos a hablar con Víctor Albertos que, como ya dijimos al comienzo del programa en la presentación, es ingeniero electrónico, profesor de deformación profesional de Tenerife, padece esclerosis múltiple y a pesar de sufrir una discapacidad del 85%, se ha convertido en un símbolo de superación con su lema prohibido rendirse, combinando su actividad docente con la música, con el dibujo, la escritura y ha publicado el libro Una lección de vida llamada esclerosis. Es además impulsor de un proyecto para crear una red de escuelas en África y bueno, mil cosas. Víctor, ¿nos escuchas bien? Sí, buenas tardes y muchísimas gracias por ponerme voz.

Por Dios, la voz la tienes tú, nosotros somos intermediarios que tenemos que lograr como sea que las voces importantes, significativas, como la tuya, pues se escuchen. Víctor, cuéntanos. Muchísimas gracias. Gracias, por Dios, te conocemos tardiamente, la verdad es que el sistema, ya habría que hablar un día de ganar, ya es lo difícil que a veces es acelerar a las cosas más significativas como es tu caso, Víctor.

Háblanos de tu situación en este momento. Pues bueno, en este momento estoy jubilado, me han jubilado y me han jubilado a la fuerza. Sin embargo, soy la única persona viva en toda España con un 85% de discapacidad y que ha revertido los procesos de la enfermedad. O sea, no me da vergüenza decirlo, porque las cosas hay que decirlas y uno no elige lo que toca, pero sí elige cómo afrontar.

Y estuve once meses en cama con pañales, camino, di clases en los peores momentos de mi vida y mejoré muchísimo, tanto que a día de hoy mi cambio es radical. Pero aún así me han obligado a jubilarme, amo la docencia, estamos en momentos en los que los chicos no… han faltado 200 profesores en Canarias.

Mis compañeros evidentemente me han preguntado muchas veces, ¿vas a poder dar clases? Y digo, pues bueno, voy a seguir siendo profesor toda mi vida. Les pasa que tal y como está estipulado el sistema, puedo trabajar de cualquier cosa menos de profesor. O sea, si tengo que ir a cargar bloques a una obra voy, no se me caen los anillos. No puedo, evidentemente, pero tampoco se me caería, o sea, no dejaría de intentarlo.

Pero tristemente estamos como estamos. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, las normas son estúpidas y la discapacidad es un concepto tan amplio que hasta lo mismo que las leyes están discapacitadas para hacerlas. No son capaces de ver más allá. Entonces es David contra Goliath, pero todo está diseñado para que Goliath gane. Eso no quiere decir que David vaya a rendirse.

Formidable, no, no. Y vamos, y al final se acabará ganando la irracionalidad que preside esta sociedad tan alocada, coño, tan alocada. Mira, decías, hablabas de esa lección, o sea, publicaste un libro con el título Una lección de vida llamada esclerosis. Háblanos, ¿por qué ha sido una lección de vida cuando la gente normalmente le hacen un diagnóstico de esclerosis y se quedan ya como si los mataran? Sí, sí, porque en mi caso se ha diagnosticado con diez años de retraso. Cuando hay ciertas cosas, a día de hoy pienso que la enfermedad tiene muchas patologías emocionales, muchos patrones emocionales, y todo lo que va causando sufrimiento pienso que de alguna forma contribuye a que la enfermedad se desarrolle.

Lo cierto es que mi padre escribía, nunca pudo publicar nada, y yo decidí hacer algo con el dolor. Escribí un libro, es duro, es un libro que a día de hoy tiene muy poca difusión, pero sin embargo ya está en Colombia, en Uruguay, en Italia, en un montón de sitios, pero en las islas no se conoce.