Ep. 33 Chimpancés borrachos, dirigibles gigantes y estiércol salvador 💨🌍🍌

¿Sabías que hay chimpancés en África que se emborrachan todos los días? Literalmente.

Dos cubatas diarios, Leire.

Y sin resaca.

O eso creemos.

Hola hola, somos Amador y Leire y esto es la ciencia de Yaun Podcast, capítulo número 33.

Si has llegado hasta aquí prepárate porque lo de hoy es un viaje.

Hoy tenemos noticias que van desde los árboles borrachos del trópico hasta molinos voladores que parecen sacados de una peli de Miyazaki.

Y entre medias una bofetada de realidad climática y una lección sobre lo que la ciencia puede enseñarnos desde el estiércol, sí, literalmente.

Estas son las cuatro historias que vamos a desmenuzar contigo.

1.

Chimpancés borrachos.

Consumen fruta fermentada a diario, el equivalente a dos cubatas.

Tienen tolerancia evolutiva o están de Erasmus permanente.

2.

China y el dirigible eólico más grande del mundo, un molino de viento volador a nivel de megavatios.

Literalmente energía del aire, en el aire.

3.

Verano letal en Europa, 24.400 muertes por calor, tres veces más que el año pasado.

No es un dato para pasar por alto.

4.

Compost y estiércol.

No suena sexy, pero un nuevo estudio demuestra que los fertilizantes orgánicos fortalecen el suelo, aumentan la vida microbiana y retienen más carbono.

Ciencia con olor fuerte, pero de impacto profundo.

Como ves, variedad no nos falta, de borracheras simias a tecnología aeroeólica, pasando por crisis climáticas y agricultura regenerativa.

Y todo con un solo hilo conductor, la ciencia que importa.

Así que quédate con nosotros, relájate y recuerda, lo raro también tiene lógica.

Solo hay que observar, preguntar y oler un poco de estiércol científico de vez en cuando.

Empezamos.

¿Sabías que ahora mismo, en alguna selva africana, hay un chimpancé que ha desayunado el equivalente a dos cubatas y va tan tranquilo por la vida? Y sin resaca ni vergüenza ajena del WhatsApp de anoche, resulta que nuestros primos evolutivos, los chimpancés, llevan décadas haciendo lo que algunos hacen en noche vieja, fermentar la fruta y gozársela.

Un nuevo estudio publicado en Science Advances ha demostrado que los chimpancés consumen, sin saberlo, unos 14 gramos de etanol al día.

Eso, para un humano, serían unas 2,6 copas diarias, o sea, más que la abuela en navidad.

Y no, no es que tengan un bar en la selva con DJ y happy hour, simplemente comen fruta madura y esa fruta, al fermentar de forma natural, genera alcohol.

Los científicos analizaron dos grupos de chimpancés, uno en Costa de Marfil y otro en Uganda.

Y tras muestrear su dieta, ojo, con tres métodos distintos, descubrieron que la fruta que más comían tenía los niveles más altos de alcohol.

En Uganda, por ejemplo, se pirran por una higuera local, en Costa de Marfil por una fruta parecida a la ciruela, los somelíes del bosque.

Y lo más curioso, no van borrachos por ahí, porque se lo reparten durante todo el día, como quien bebe vino en las comidas, pero en versión mono y sin mantel.

Aquí entra lo heavy.

Este comportamiento respalda la llamada hipótesis del mono borracho.

Y no, no es el nombre de un bar hipster.

Es una teoría científica seria, nuestro gusto por el alcohol podría venir de la evolución.

Exacto, los primates que buscaban fruta madura, rica en azúcares y calorías, tenían ventaja evolutiva.

Y como la fruta fermentada huele a etanol, desarrollamos cierta afinidad por ese olor.

Vamos que no es solo que nos guste el vino, es que estamos genéticamente programados para seguir el rastro del azúcar borracho.

Lo interesante es que el alcohol no es solo un placer moderno, es una señal bioquímica de que hay energía fácil de absorber.

Y no solo los primates, muchos animales frugívoros también lo detectan.

Y si lo piensas, esto cambia el enfoque con el que vemos el alcoholismo humano.

Si entendemos que hay una raíz evolutiva profunda, tal vez podamos desarrollar terapias más eficaces.

No todo es culpa ni moral, también es biología.

Así que la próxima vez que veas una copa, pregúntate, ¿te la estás tomando tú o tu ADN ancestral? Y si alguien te juzga, ¿por qué?