EP 38.T2. "Organiza tu armario... aunque sólo uses bañador"

¡Bienvenidos al Podcast del Orden! Soy Mónica Perela. Aquí no te voy a hablar de doblar camisetas con la técnica del origami, sino de cómo poner orden real en tu espacio, tu tiempo y tu dinero, para que puedas vivir con más libertad y menos lío mental.

Hoy te traigo un episodio que quizás te cambie la forma de ver tu día a día. ¡Vamos a por ello! ¡Hola, hola! Ya estamos aquí con un nuevo episodio del Podcast del Orden de los lunes.

Hoy vamos a hablar de armarios. Sí, en agosto. Y aunque ahora mismo lo único que estés usando sea el bañador, unas sandalias y ese vestido que vive contigo desde 2015 y que no se ves muy bien porque en verano es religión ponérselo. ¿Y por qué hablar de armarios cuando parece que lo lógico sería no tocarlos? Pues porque justo ahora, cuando usas menos, es cuando puedes ver más claro. Y porque ordenar el armario no es solo poner ropa bonita en perchas, es tomar decisiones, es cerrar etapas, es proyectar cómo quieres sentirte a partir de septiembre.

Mi nombre, ya lo sabes, Mónica Perela, y hoy te traigo un episodio lleno de ideas para que aproveches agosto para darle una vuelta a tu armario. Sin estrés, sin sacrificar vacaciones y sin montar un drama existencial frente al espejo. Seguramente que en agosto esto es lo que mucha gente piensa. Si solo he usado ropa de verano y lo demás está guardado, ¿para qué meterme en eso ahora? Y tiene sentido.

Hasta que te das cuenta de que justo ahora es cuando tienes tiempo, aunque sea solo una horita o una tarde sin agenda, porque tienes distancia emocional con la ropa que te has estado poniendo durante el otoño-invierno y porque puedes planificar con cabeza la vuelta a septiembre. Además, agosto es el mes perfecto para detectar esas prendas que se están quedando por inercia, esa camiseta que dices para estar por casa pero nunca usas, ese vestido que adoras pero que no te pones desde 2019 o esas sandalias incómodas que siempre acaban volviendo al armario sin ver la calle.

Imagínate que abres el armario en pleno agosto, lo miras y piensas… ¡qué bien, todo recogido! Pero luego empiezas a sacar cosas. Un pantalón blanco que ya no te sube pero te da pena deshacerte de él, un bikini que te hace sentir que tienes cuatro cositas de más o esa blusa que no has usado ni una vez este año pero te costó un congo y te duele soltar. De repente ese armario ordenado es un archivo de culpas en percha. No lo usamos pero tampoco lo soltamos. Lo guardamos por si acaso, aunque ese por si acaso no llegue nunca. Y ahí está la clave. Ordenar no es solo seleccionar lo que usas sino soltar lo que te estorba emocionalmente.

Te cuento el caso de Lorena. Lorena siempre había sido ordenada, menos con su armario.

Cuando hicimos el orden de su armario me dijo que si no me da guerra solo que está ahí, está doblado, cerrado… Pero cuando empezamos a sacar cada prenda pues cada cosa tenía su peso.

Este es de cuando salía más, este me lo ponía cuando salía con mi ex, esta me la compré para una entrevista de trabajo a la que nunca fui… Y sobre todo estaba la famosa falda vaquera, esa que adoraba pero que no le cerraba desde hace 6 años. Y dice no, no, esta me la quedo para cuando adelgace. Y yo le pregunté, ¿pero tú quieres que tu armario te recuerde lo que te falta o lo que ya eres? En ese momento la falda se fue. Y se quedó un armario que ya no la juzgaba, que la acompañaba. No era solo más bonito, era más amable. Y ahora te lanzo un plan sencillo, sin grandes despliegues. No te hace falta desvestir la casa entera, solo vas a necesitar intención y una bolsa de tela.

Primero vamos a revisar lo que estás usando este verano. Sácalo todo pero lo del verano, lo que tengas en tu armario. Y mira lo que usas mucho y lo que no has tocado. Y hazte estas preguntas. ¿Me gusta cómo me siento cuando me pongo esta prenda? ¿Me la pondría mañana sin dudar? ¿Si me tuviese que hacer una mudanza, me la llevaría? ¿La salvaría? Si no, si la respuesta es no, esa prenda al altillo no vuelve. En un segundo paso lo que vas a hacer es detectar ropa con historia. Haz una ronda rápida por prendas que llevan tiempo sin usarse y pregúntate. ¿Estoy guardando esto por nostalgia, por culpa, por esperanza?