Ep.49 -Método de Koeppen: práctica de relajación guiada

Hoy te vamos a contar una historia. Antiguamente uno de los peores enemigos de los cavernícolas era el tigre de Bengala. Debido a las cosas que los cavernícolas habían oído decir del tigre, le tenían miedo antes de haber visto ninguno. La primera vez que un cavernícola oyó el ruido de un tigre de Bengala, su corazón empezó a latir muy deprisa y su respiración se hizo más rápida mientras apretaba las mandíbulas. Su estómago se encogió y sintió como sus piernas temblaban a causa del miedo.

Bueno, cuando estamos nerviosos o asustados nos pasa como el cavernícola. Respiramos muy rápido. Para aprender a sentirnos mejor es importante que sepamos respirar bien. ¿Sabías que esto es debido a que tu cuerpo te manda señales? Ahora vamos a aprender cómo debemos respirar para sentirnos mejor. Tómate tu tiempo. Primero aprenderemos a llenarnos de calma con la respiración. Acuéstate boca arriba y pon una mano sobre el pecho y otra sobre la tripa. Respira hacia adentro y hacia afuera.

¿Notas cómo se mueven las manos? Ahora respira hacia adentro mientras yo cuento y luego respira hacia afuera mientras yo sigo contando.

Piensa que eres un globo que poco a poco se tiene que inflar con aire, pero lo más importante es que el aire infle tu tripa.

Coge aire y nota cómo se infla la tripa y sube mientras la llenas con el aire.

Vamos a respirar. Sigue este ritmo que te digo.

Coge aire 1 2 3 4 Nota cómo sube la tripa. Aguanta el aire en 1 2 y ahora suelta, desinfla la tripa en 1 2 3 y 4.

Sigue respirando hacia adentro y hacia afuera muy lentamente. Siente la calma con la respiración. Ahora nos vamos a imaginar que estamos exprimiendo un limón con las manos y los brazos. Imagina que tienes un limón en tu mano izquierda. Exprime lo fuerte, saca todo el jugo y siente la tensión en tu mano y en tu brazo. Cuando ya no haya más zumo que exprimir, relájate y déjalo caer. Fíjate cómo están tus músculos cuando están relajados. Coge ahora otro limón y trata de exprimirlo. Exprime más fuerte de lo que lo hiciste con el primero. Muy bien, aprieta fuerte.

Ahora tira el limón y relájate. Fíjate que bien se sienten tus manos y tus brazos cuando están relajados. Ahora repetiremos el mismo procedimiento con la mano y el brazo derecho. Imagina que tienes un limón en la mano derecha.

Exprime lo fuerte y saca todo el jugo. Siente la tensión en tu mano y en tu brazo. Cuando ya no haya más zumo que exprimir, relájate y déjalo caer.

Fíjate cómo están tus músculos cuando están relajados. Coge ahora otro limón y trata de exprimirlo de nuevo. Exprime lo más fuerte de lo que le hiciste con el primero. Así, muy bien, aprieta fuerte. Ahora tira el limón y relájate. Fíjate que bien se sienten tus manos y brazos cuando están relajados. Bien, ahora haremos el gato perezoso con los brazos y los hombros. Imagínate que eres un gato muy perezoso y quieres estirarte. Extiende tus brazos frente a ti.

Levántalos ahora sobre tu cabeza y llévalos hacia atrás.

Fíjate el estirón que sientes en tus hombros. Estíralos bien lejos de ti.

Ahora deja caer los brazos a tu lado. Así, muy bien.

Vamos a hacerlo otra vez. Estira los brazos frente a ti y ahora llevándolos muy lejos, levántalos sobre tu cabeza. Tira de ellos hacia atrás, así, fuerte y ahora déjalos caer. Muy bien, fíjate cómo tus hombros se sienten ahora más relajados. Una vez más vamos a intentarlo de nuevo.

Estira los brazos.