EP224: Tu identidad la define tu corazón

Vivimos tan conectados a la tecnología, que nos hemos olvidado de lo más importante, nuestra conexión con Dios.

Cargado de emociones, introspección, autenticidad y mucho corazón, cada episodio acompaña a Conchita Vargas Lugo a un viaje transformador y revelador, en donde el fin principal es regresar a nuestra esencia para conectar con Él, nuestro Creador.

Esto es Elijo Creerle a Dios, el podcast.

Hola amigos, amigas, ¿cómo están? ¿En dónde estarán escuchando el podcast? ¿En la noche, al mediodía, cuando salen a caminar, cuando llevan a su perro, a que camine, cuando están haciendo ejercicio? No lo sé, pero tengo bien claro que el podcast llega cuando menos lo buscas.

Y de repente llega tu vida de una forma increíble, eso me han contado muchísima gente.

Ojalá que me cuentes tú tu historia de cómo llegó el podcast.

Miren, en el 2006 cambió mi historia cuando conocí a Dios a la manera de Dios.

Yo tenía mucha necesidad de encontrar a mi Creador, del que depende todo, del que ha hecho todo, del que me ama sin condición, del que me corrige como un verdadero Padre.

Me iba la vida en encontrarlo y lo encontré.

Pero no te puedo decir que lo encontré porque yo lo busqué, porque realmente cuando tú encuentras a Dios es porque Él te está buscando.

Nunca se me va a olvidar cuando la persona a la que me acerqué me dijo Dios te dice que te va a usar y que vas a ser evangelista.

Yo lo creo y siento una pasión por compartir su palabra y compartirlo a Él para que lo conozcan, para que lo amen, lo sigan, lo respeten y tengan el privilegio de depender de Dios.

Es que esa palabra es maravillosamente grande.

Depender de Él es tener la certeza de que todo te va a ir bien a la manera de Él y en los tiempos de Él.

Tengo claro que la identidad de uno se define donde está tu corazón.

Así que mi corazón se encuentra con el Señor.

Y tengo claro que yo soy hija del Rey de Reyes y Señor de señores.

Soy cristiana, seguidora de Cristo e hija de Dios.

Cuando te pones tu identidad, cuando sabes quién eres y lo declaras, empieza a haber una transformación dentro de ti, porque tienes identidad, porque tienes pertenencia.

Ya no andas a la deriva.

Así que, yo soy ciudadana del cielo y mi corazón es la habitación del hermoso Espíritu Santo.

Cuando pierdo o obtengo algo, no define quién soy.

Lo que define quién soy es saber de quién soy hija.

Y yo soy hija del Rey de Reyes y Señor de señores.

Decláralo, háblalo, tómalo como propio.

Tu identidad se define por donde está tu corazón.

Y si tu corazón está con el Padre, no hay manera de que no sigas a Jesucristo su Hijo.

Sé que hay mucha gente allá afuera pasándola muy mal.

Pero cuando yo la he pasado muy mal, me he metido conmigo misma a encontrar de qué manera la regué.

¿Qué fue todo lo que permití que me llevó a ese nivel de dolor o de soledad? A veces me dieron crisis de ansiedad y me daba por comer.

Así que no soy diferente a todas ustedes, pero yo no me podía quedar con lo malo que me pasaba.

Y el único que podía sacarme de donde yo estaba era el Señor.

Y lo busqué.

Platiqué con Él, le pedí perdón y le solté el control absoluto de absolutamente todo lo que es mi vida.

Empecé a darme cuenta, y espero que tú también, que lo que permites no te hace víctima.