EP226: Orar es platicar con Dios con tus palabras

Vivimos tan conectados a la tecnología, que nos hemos olvidado de lo más importante, nuestra conexión con Dios.

Cargado de emociones, introspección, autenticidad y mucho corazón, cada episodio acompaña a Conchita Vargas Lugo a un viaje transformador y revelador, en donde el fin principal es regresar a nuestra esencia para conectar con Él, nuestro Creador.

Esto es Elijo Creerle a Dios, el podcast.

De verdad que el Señor los guarde.

Ojalá que lo compartan y que sea de más bendición para más personas.

Y bueno, déjenme decirles que he recibido muchos testimonios, muchas historias, y las sigo recibiendo y ojalá, si me quieres compartir algo, pues mi celular es 52442-2009307.

Pero el constante de lo que me cuentan es mucha soledad, mucha tristeza, deudas, abandono.

Y a mí se me conmueve el corazón.

Yo no soy diferente a ustedes.

La diferencia entre ustedes y yo es que hace más de 20 años le entregué mi vida al Señor.

Le entregué el control y aprendí a tener una relación directa con Él.

Lejos estoy de ser perfecta y de hacerlo bien, pero todos los días estoy persistiendo en leer Su Palabra, nunca me falla, y en orar y contarle todo.

Dios está presente en mi vida todos los días, a toda hora.

Y esa es la diferencia entre pasar desiertos con Él que pasarlos solos.

Yo les recomiendo mucho que de verdad no echen en saco roto.

Tenemos un Dios grande, poderoso, misericordioso, un Dios amigo, un Dios que está atento a escucharte y a ver tu corazón, porque el Señor solamente ve el corazón de uno, y ahí es donde están las intenciones reales.

Así que yo te recomiendo que busques a Dios a la manera de Dios y no como a ti se te ocurra.

Te guste o no te guste, lo creas o no lo creas, porque te conviene, empieza a leer la Biblia, empieza a leer el Nuevo Testamento, conoce a Jesús, conoce a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.

Lee su palabra, sigue sus mandamientos, sus estatutos, ten una relación personal con Él, entrégale tus cargas y todo va a cambiar.

Pero tienes que ser 100% sincero, que salga de tu corazón.

Las cosas van a cambiar, vas a poder salir de donde estás.

Mira, yo estaba muy enferma y debía 100 mil dólares.

A mí ya no me podía sacar ningún ser humano de donde yo estaba, pero Dios sí.

Así que senté a Dios en una silla, me rendí totalmente, le pedí perdón y le solté el control de mi vida y le prometí no separarme de su palabra.

Y lo he cumplido.

Busca una congregación donde tú vives, busca una congregación y unos pastores con sana doctrina.

No te alejes de la palabra de Dios.

Que se vuelva, de verdad, que penetre hasta tus tuétanos y se vuelva tu forma de vida.

En Primera de Tesalonicenses, en el capítulo 5, versículo 18, dice Dad gracias en todo porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Dad gracias en la mañana al mediodía con tus alimentos en la noche.

Reúnete con tu familia y oren.