
Episodio 2. Alejandra Pizarnik - Contando Mujeres

Description of Episodio 2. Alejandra Pizarnik - Contando Mujeres
Contando Mujeres, la vida tras la biografías. Un podcast escrito y dirigido por Julia Montejo.
Poeta argentina. Tartamuda, acomplejada, una adicta a la palabra atrapada en una espiral autodestructiva. Un personaje que terminó por devorar a la persona.
Con Nati Moncalvi, en la voz de Alejandra Pizarnik, y Cristina Piña, biógrafa de Pizarnik.
Este podcast ha sido posible gracias al Ministerio de Cultura y Deporte y financiado por la Unión Europea - NextGeneration y con la colaboración de Fundación Once.
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Cuando interactuamos con los demás, nunca nos mostramos tal y como somos.
Tenemos dos caras, una pública y otra privada.
La pública lleva puesta una máscara que oculta nuestros defectos e inseguridades y da forma a un personaje que a veces se nos puede ir un poco de las manos.
Hoy vamos a hablar de una poeta tartamuda y acomplejada.
Una yonki de la palabra embarcada en una espiral autodestructiva.
Un personaje alimentado desde la juventud por anfetaminas que terminó devorando a la persona.
Hola, soy Julia Montejo y hoy os vamos a contar la vida de Alejandra Pizarnik.
Contando mujeres. La vida tras las biografías.
Un podcast que descifra la historia más allá de los hitos.
Capítulo 2. Alejandra Pizarnik.
Podría parecer que la historia de hoy comienza con una imagen muy cinematográfica.
La de un barco lleno de inmigrantes que llega al nuevo continente buscando un futuro mejor.
Corre el año 1934 y muchos de los pasajeros de este barco son judíos que huyen del nazismo.
Entre ellos Rosa y Elías, una joven pareja judeo-ucraniana de apellido Posarnik.
En realidad no son dos, sino tres.
En el vientre de ella viaja un diminuto polizón, Miriam, futura hermana mayor de nuestra protagonista.
Aquí no acaban los parecidos cinematográficos.
¿Os acordáis de la escena del padrino cuando el pequeño Vito desembarca en América? El funcionario de inmigración le pregunta por su nombre y él responde que es Vito Andolini, de Corleone.
Por error, el apellido se pierde y acaba nuevamente bautizado como Vito Corleone.
Algo similar le sucede al matrimonio de inmigrantes de nuestra historia.
Una vez desembarcados en Argentina, el agente de inmigración se equivoca al transcribir su apellido, que pasa de Posarnik a Pisarnik, y con él se quedan.
Sin embargo, la historia que ayudará a explicar buena parte de ese carácter desgarrado y funesto de nuestra protagonista comienza mucho antes de la llegada a ese puerto, con el horror del fascismo y el estalinismo, y con los eternos y sangrientos conflictos en la Europa Oriental que han traumatizado y obligado a miles de familias a salir de su tierra y desperdicarse por el mundo.
Cristina Piña, poeta, profesora, traductora y biógrafa de Alejandra Pisarnik.
Los traumas que van a aparecer en la familia y en Alejandra tienen que ver justamente con esa persecución a la familia, que además prácticamente todos los que estaban en Ucrania murieron en campo de concentración.
Los que se salvaron fueron los que fueron a Francia, que son dos hermanos del padre.
Ahora, eso incidió profundamente en Alejandra porque durante su infancia había una atmósfera de tristeza, porque estaban pendientes de las noticias, que eran muy pocas, que llegaban vía Francia, y eso, evidentemente, marcó la personalidad de Alejandra, como también me decía su hermana, que marcó la de ella.
Por aquel entonces, Argentina, el lugar donde desembarcan los Pisarnik, es una de las naciones más ricas del mundo y ofrece oportunidades para prosperar.
Imaginemos un país donde el gobierno pone en marcha una política de migración masiva.
En 1911 inaugura incluso un complejo para recibir a los extranjeros en la zona portuaria de Buenos Aires, el Hotel de Inmigrantes.
En este lugar se brinda alojamiento, comida y asistencia médica gratuita a migrantes y se les facilita la integración laboral.
Elías y Rosa, los padres de nuestra protagonista, aunque llegan sin trabajo ni dinero, no van a necesitar este apoyo.
La hermana de Rosa ya vive allí y les acoge en su casa.
Los recién bautizados como Pisarnik provienen de Ucrania, de familias burguesas desahogadas y de sólida cultura.
Pronto aprenden español y Elías se pone a trabajar de sola en su casa.