Episodio 21 - Y ahora, ¿qué?

¡Mmm! ¡Qué olorcillo tan delicioso sale de esa cocina! No cabe duda, soy el hombre más afortunado de la tierra. ¡Félix! ¡Félix, escucha! He traído el vino. Batard Montrachet, seis dólares y medio. No te importa, ¿verdad? Esta semana iremos a pie a la oficina. No, en serio, lo has preparado todo muy bien.

¿Esto? Esto no es otro podcast sobre vino.

Buenas tardes o buenas noches.

Este es el vigésimo primer episodio de...

¡Esto no es otro podcast sobre vino! El complemento sonoro del blog aesteladodelduero.com Me puedes encontrar en TwitterX y en BlueSky como ¡Arroba a Esteladoduelo! ¿Y ahora qué? ¿Qué tal esa vuelta a la horrible normalidad del día a día? Espero que puedas hacer alguna escapadita de aquí a navidades. Y si vives cerca de la playa, seguro que algún día hace suficiente calor como para pegarse algún baño. Y ya de paso...

¡Que coges el primer resfriado del otoño! ¡Hombre, tú por aquí! ¿Qué tal tu verano? Bien, bien. Oye, mira, que me dicen en la oficina de empleo que no le figura la baja que me haces todos los veranos.

¡Hombre, pero eso es normal! ¿Por qué? ¿No me has dado de baja? ¡Que no! ¿Por qué no te he vuelto a dar de alta desde el verano pasado? ¡Pero serás cabrón! Bueno, bueno, venga va, al tema.

Me está costando la misma vida hacer un nuevo episodio de este no-podcast.

Durante varias semanas me he pensado varios temas sobre los que quiero hablar.

Me he hecho mis esquemas, tengo un par de guiones a medio de hacer...

Pero por la razón que sea, me quedo atascado en el proceso.

Normalmente cuando me bloqueo, borro del guión aquello que no me convence, que me chirría, e intento pensar lo que quería decir desde otro punto de vista.

Y casi siempre salta un detalle o me surge una nueva idea y ya a partir de ahí soy capaz de sacar el tema que me he propuesto.

Cuando aún así no logro estar contento con el resultado, directamente borro todo lo que he podido hacer.

Esquemas, guiones, la música que había escogido, etc.

Pero me apunto la idea por si más adelante se me ocurre un nuevo enfoque con el que esté más contento.

Pero todo esto no ha funcionado estas semanas, ¿no? Tengo un run run aquí en las tripas que me están diciendo que todos esos temas, esas ideas que tengo en la mente, como que no tocan, como si aún no les hubiera llegado su tiempo.

Tras pensarlo mucho, he llegado a la conclusión que tengo que contar algo que no es tanto personal y que tiene, de alguna forma, relación con el vino.

Ya está, ya está. Has decidido sacar un vino en colaboración con Félix Solís.

No, no es eso.

Entonces, una prestigiosa bodega te ha propuesto patrocinar el podcast.

Ojalá, pero no.

¿Te mueres? Que no, coño, que no es eso.

Menos mal, me quitas un peso de encima.

No sabía yo que te preocupaba tanto mi salud.

Es que si te mueres yo no cobro, ¿sabes? No, sí, ya decía yo que tanto altruismo...

De estas vacaciones de verano me he traído dos cosas de la playa con las que no contaba.

Una es una epicondivitis, codo de tenista para los amigos, y la otra es un principio de artrosis en el pulgar de mi pie izquierdo.

¿Pero eso qué tiene que ver con el vino? A ver, deja de interrumpirme y lo sabrás.

A ver, lo del codo de tenista me ha pasado por hacer canelo con mi hijo en la piscina.

Que si tirame, que si vamos hecha en una carrera, que si nos podemos tirar un poquito más...

Que he debido de hacer algún mal gesto y me he dañado el codo.