El colapso del sistema eléctrico nacional y de la infraestructura sostenedora de la vida social que corresponde al Estado proveer, detonado por el paso del huracán Ian, ha sido el escenario para una nueva oleada de protestas en Cuba, fundamentalmente en la capital del país.
Mientras el repertorio de la protesta se expande, la represión estatal se mantiene, aunque parece cambiar de táctica. El episodio de esta semana atiende a la manera en que el discurso oficialista y el empleo de bandas parapoliciales contribuyen a la intensificación de la violencia al no ofrecer camino viable a las demandas populares, cada vez más politizadas.
Nos acompaña en esta ocasión la socióloga Yanet Rosabal, quien ofrece una perspectiva comparada con el caso venezolano, para considerar los peligros implicados en la utilización de bandas parapoliciales y la construcción de un discurso de permisividad y aliento a la violencia contra las manifestaciones.
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