Episodio 6x55 del podcast estado civil MOTERO

Bienvenido al podcast Estado Civil Motero, tu podcast donde la pasión por las motos nos descubre experiencias, anécdotas y aventuras sobre las dos ruedas. Arrancamos este programa y nos embarcamos en un emocionante viaje, trayendo nuestros micrófonos a moteros de todos los rincones del planeta. Así que ajusta tu casco y acompáñanos en este viaje. Prepárate para inspirarte y descubrir que, en el mundo de las motos, cada kilómetro es una experiencia única.

Comienza Estado Civil Motero.

Vamos por seis años, seis temporadas, 417 episodios. La última vez que lo vi, pero no es por alardear ni muchísimo menos. Sí que es verdad que cuando tengo tiempo libre lo gasto en grabar, que no en moto. Aunque puede que la cosa haya cambiado. Lo cierto es que tú ayer me dijiste, Vanpey, que yo estoy fácil, fácil. ¿Grabamos y me cuentas eso de la campada y demás? Ahí, ahí, ahí. Pero, por lo visto, no son las únicas noticias que tenemos que contar.

Bueno, como dijo ya el destripador, vamos por partes. ¿Tú quieres saber qué bien me ha pasado la campada? Pues, sinceramente, tengo más interés en saber qué es lo que tiene entre las piernas, Vanpey. Oh, yeah. No eres la primera que me lo pregunta. Vanpey, no lo has dicho bien. ¿Sabes qué? No lo has dicho bien.

Ah, ¿no? ¿Cómo es? La intención era decir, no eres el primero que me lo pregunta. No. Porque las chicas no se meten en esas cosas. Lo que pasa es que tú siempre estás follando en pensar con el macho. Con el macho. Perú. No me hagas llamar al Piti, por favor, no me hagas llamar al Piti, que la vamos a liar para acá. Vamos a ver.

Cabalgar sobre dos ruedas quiero yo y sacar la libertad que hay en mí y vivir mil aventuras donde voy y estado civil no te lo escuchar hoy. ¿Qué te cuento de la campada? ¿La ruta de la N2? No, no, primero, ¿dónde está el pueblo ese? Yo el Martiño que he encontrado está casi en la costa de Portugal, casi en las playas de Portugal. No será ese Martino, ¿no? Habrá varios Martinos en Portugal, ¿no? Pues no lo sé, porque yo realmente no conozco la ruta. Yo lo único que hago es seguir al que va delante mía, que muchas veces no es ni el primero, ni el tercero, ni el que...

En esta ocasión hemos ido más de la cuenta. Digo más de la cuenta porque tú sabes, que tú estarás de acuerdo conmigo, que tanto de ruta como de acampada mucha gente es mucha gente y poca gente es poca gente. Entonces yo hubiese preferido que hubiésemos ido menos. Ojo que no hemos tenido ninguna incidencia, incluso ha habido alguna que otra anécdota.

Tampoco que haga falta que sea reseñable, pero sí que el que bien o mal ha pasado. Y no es lo mismo quedar siempre con tus colegas, que sabes de mala afinidad que tienes con ellos, tanto en ruta como en la acampada, que encontrar gente que realmente no conoce. Entonces, en cierto modo, te encuentras un poco cohibido.

Pero entre estas personas, pues estamos repitiendo una acampada, pues tú sabes, con Javi, que venía de Barcelona. Por cierto, dice que le debes una camiseta. Y es cierto, y es cierto. Mira, hoy precisamente estaba escuchando un podcast, un episodio antiguo del podcast de Estado Civil Botero, donde tú decías que en septiembre iba a tener su camiseta cuando él viniera de acá. Y es verdad, tío, es verdad.

La he jugado de una manera estúpida. Porque pedí las camisetas en agosto, para que no me fuera a fallar, y me dijo, sí, sí, yo las tengo. Digo, bucha, el día 8 viene y mi colega recoge la camiseta. No te preocupes, que el día 10 ya la tiene. Me cago en tu cara, tío, el día 10. No, te he dicho el 8, y es que te pasa por aquí nomás. Pero bueno, da igual, te la llevo en persona.

Si hace falta, la llevas en persona. Y si yo puedo, incluso te acompaño. Fíjate tú hasta qué punto soy capaz de certificar. Porque, ojo, el Bambi las compró.