

Description of LA ESCRITURA DE LOS DIOSES de Edward Dolnick
Apenas abrir sus puertas cada mañana los museos más importantes de Europa, , el apresuramiento de los primeros visitantes define la popularidad de lo que contienen. Velázquez y Goya en El Prado; La Sixtina en los Museos Vaticanos; La Gioconda en El Louvre.... y en el primer museo moderno de Europa, El Británico, es una piedra.
Claro que se trata de la piedra que condujo al final de una carrera que llevaba en marcha mil quinientos años.
Hoy basta con entrar aquí (https://www.egipto.com/tu-nombre-en-jeroglificos-egipcios/) para saber cómo hubieran escrito tu nombre en jeroglifos los antiguos egipcios. Dale la vuelta. Toma el nombre de un conocido y envíale su jeroglifo preguntándole por su significado.
Ese era el reto mínimo al que se enfrentaron sobre todo dos hombres, dos talentos extraordinarios. Y no era solo eso lo que deberían reconocer para desvelar el misterio. Todavía hoy los visitantes del británico tienen difícil llegar a comprender el valor de la piedra que se inclinan a admirar.
El periodista y escritor Edward Dolnick no solo logra hacerlo fácil, sino que reúne los tres momentos históricos que hacen de una piedra la joya de un museo. Capítulos breves, amenos, bien documentados y donde hasta muchas notas resultan interesantes.
Esta fórmula de dedicar tiempo y esfuerzo para componer un libro alrededor de un solo objeto suele funcionar bien. Lo ha hecho con el Marco Aurelio romano a caballo del Capitolio, con La última cena, La tormenta o la catedral de Chartres. Nunca lo había protagonizado una piedra en las últimas décadas y queda claro que lo merece.
Con la colaboración de Ángeles de Benito, Edith Rodriguez y Guillermo Orduna.
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No era aún mediodía del catorce de septiembre de mil ochocientos veintidós champollion se llenó los brazos de manuscritos bajo las escaleras y corrió la calle ansioso por contar la noticia donde estaba su hermano trabajando en la academia de inscripción sí bellas letras sólo había que recorrer unas manzanas de cinco minutos también se oponían entró corriendo en el imponente edificio y buscó el despacho de su hermano irrumpió por sus puertas lanzó los manuscritos sobre la mesa y gritó el consejero acto seguido se desmayó todos los días cualquiera que atraviese esta galería de esculturas egipcias del museo británico verá grupos de todas las nacionalidades con guías hablando en todas las lenguas muchos se inclinan y estiran el cuello para poder ver un objeto con las momias es el objeto más popular del museo británico y eso porque al fin y al cabo es soso es una piedra gris más o menos del tamaño de una de esas maletas grandes con ruedas que vemos arrastradas por los aeropuertos sus bordes revelan que se trata de un fragmento roto de una piedra más grande y las fracturas cortan el texto que cubre uno de sus lados cuando se conoce el texto resulta igual de soso que la piedra se trata sobre todo de jerga burocrática sobre impuestos fiscales desde el principio el público acudió á ver la piedra de rosetta y a tocarla cuando los vigilantes no miraban es uno de los grandes bochornos de este museo que se hicieran postales durante décadas donde se decía que la piedra era basalto negro una limpieza reveló que la piedra de rosetta es gris no negra y que tampoco tiene nada de basalto se volvió negra a causa de la combinación de la grasa de miles y miles de yemas de dedos con una capa protectora de cera que ya ha sido eliminada cómo explicar esa fascinación por un pedazo de roca no se trata de su mensaje que es banal a diferencia de otros famosos documentos de la historia pues la declaración de independencia o la carta de derechos de los estados unidos la importancia de la piedra de rosetta no está en lo que dice sino en cómo lo presenta este trozo insulso de granito roto ha desempeñado un papel estelar en tres historias distintas y fascinantes la historia de los reyes griegos que gobernaron egipto como herederos de alejandro magno la historia de la guerra entre franceses e ingle meses después de que napoleón invadiera egipto y una de las competiciones académicas más extraordinarias la que resolvió un enigma con dos mil años la escritura jeroglífica en mil setecientos noventa y nueve el año del descubrimiento de la piedra de rosetta egipto era un páramo sofocante y empobrecido pero eso poco importaba era el antiguo egipto lo que cautivaba a occidente y este nunca había perdido su poder de seducción heródoto el hechizo a sus lectores con historias de una tierra cuyo mismo aspecto era peculiar y egipto hacia alarde de un clima único y un río que mostraba una naturaleza distinta de la de todos los demás el mundo antiguo giraba en torno a la agricultura y en todo el mundo me lo sea en egipto era una cuestión imprevisible en otras tierras las lluvias podrían llegar y traer prosperidad una temporada o podían faltar y hacer que las cosechas se secarán y las familias pasarán hambre pero egipto bendecido por los dioses apenas tenía que preocuparse por ellos aunque los cielos estuvieran permanentemente claros la riada casi nunca faltaba llegaba y siempre se seguiría llegando un año tras otro era el más raro de los dos meses un milagro con garantía de eternidad protegidos de los enemigos por murallas del desierto al este y al oeste por el mar al norte por violentos rápidos al sur de egipto se mantenía a salvo y próspero como la envidia del mundo y por encima de todo egipto era un país eh inmensamente rico el oro es en egipto como las arenas del desierto observo con envidia a cierto rey de la vecina siria en la época del rey tutankamón era casi cierto tu tapón no fue nadie el que pasó más desapercibido entre todos los faraones y sin embargo las riquezas enterradas con él siguen deslumbrando hasta hoy cuando volvamos a francia sólo me quedará una cosa por hacer saber para qué faraón se excavó esta tumba lo dirá en alguna parte de estos moros que somos incapaces de leer no dejeis de copiar puede que un día alguien lo logre cuando estas piedras se grabó ya solamente la entendían los sacerdotes y quinientos años después ya ni ellos la piedra de rosetta sobrevivió a dos mil años sin que nadie supiera leerla