Escuche al cardenal Baltazar Porras

Aquí tenemos como invitado en nuestro programa al Cardenal Baltasar Porras.

Los saludamos, le damos la bienvenida.

Baltasar, gracias por estar con nosotros.

A ti, Judy Maripili.

Encantada de saludarte.

Bueno, hoy obviamente el tema que queremos tratar contigo es el fallecimiento del Papa Francisco.

Un Papa, algunos lo llaman el Papa Revolucionario, otros el Papa Humano, otros quizás no tienen tan buenas impresiones, pero en todo caso lo que sí es sin duda un Papa que va a pasar a la historia de manera peculiar.

Quería tu apreciación sobre lo que ha sido el Pontificado de Francisco.

Bueno, pues ciertamente que estos 12 años largos del Pontificado del Papa Francisco son indicativos de una nueva tonalidad, para decir lo menos puede ser, en la Iglesia y de cara al mundo entero.

Todo ese proceso de reforma que tiene que pasar por la transparencia, por la verdad, por la justicia, por la libertad, por poner al pobre y al excluido en el centro y no a las esferas del poder, que es lo que hace a esas lecturas controversiales con respecto a lo que ha sido la manifestación de su magisterio.

Fijémonos cómo en estos últimos días, hace apenas tres o cuatro días, dio un mensaje a las líneas aéreas internacionales de cómo era posible que en la época en que la gente de clase media y más sencilla puede viajar, es cuando suben entonces los precios y pidiendo entonces unas vacaciones o una peregrinación o un poder disfrutar de las cosas que no pueden estar reservadas exclusivamente para los que tienen muchos bienes de fortuna.

Esto nos indica pues lo que ha sido a lo largo del tiempo su preocupación por la paz, por la inmigración, por todo lo que ha marcado este mundo de hoy en cambio, en el que pareciera que los valores democráticos están como medio borrados, puesto que solo los intereses políticos, económicos, fanáticos, pues son los que están conduciendo al mundo y despreciando siempre a los que pagan los datos rotos, que son los pueblos más pobres del universo entero.

Y por otro lado, hecho todo con esa gran pasión que siempre tuvo por el seguimiento de Jesús y que lo manifestó, su sencillez, su cercanía, su familiaridad, el no querer en ningún momento tener ningún tipo de privilegio, sino estar así mucho más cercano pues a toda la gente para que así el mensaje del evangelio pudiera llegar a todos. Y con una gran apertura, vemos como el Papa se reunió pues con gente de todas las religiones, de todos los pensamientos, de todos los tipos de cultura, que buscando lo único que permite que ese auténtico diálogo pues de los unos con los otros, pues llegar a lo que nos tiene que unir y no lo que nos divide, que solo eso nos lleva pues a la violencia y nos lleva a la exclusión de los unos para con los otros.

Creo que pasa además por ese sentido que él mismo nos indicó y es que esto es un proceso. Hay un proceso que no se cambia solo con nuevas leyes o con nuevas disposiciones, sino con una conversión del corazón, con la disposición de saber que no es mi propio bien, sino el bien del otro, el que tiene que estar por delante para que así pues la vida, la dignidad y la igualdad reinen. Y eso pues nos lo ha dejado.

Y quiso hasta el último momento yo diría ir más allá de lo que le decían los médicos que tenía que tener reposo, que debía cuidarse un poco más y vemos cómo estos últimos días pues se escapó a la cárcel para saludar uno por uno a más de 70 presos y de pronto aparecía en San Pedro y ayer pues que hasta quiso montarse en el papamóvil y darnos la bendición Urbi et Orbi, con su voz frágil pero que denotaba por otro lado lo que es la fortaleza de la fe, que fue lo que lo llevó hasta el último momento a darnos ese bello ejemplo que para nosotros los latinoamericanos pues tiene que ser una gran satisfacción de la fortaleza de la fe después de que