Esencia de la maldad. El gen 666.

Perdonen un último punto, pero es que nunca se me olvidaréis.

Experiencias de gran impacto. Aquella vez que estaba llevando un caso de abusos sexuales y entonces una menor. El padrastro había estado durante años abusando y me la traían a consulta.

Un cuadro terriblemente confusional. Nada de lo que les cuento es verdad y nada es mentira. Cuando salió la cosa, como la de dos años y medio o tres, bueno, bueno, bueno. Valoré con mucho tiempo la credibilidad de lo que me estaban contando.

Una vez valorada esa credibilidad, teniendo en cuenta que la cría quería denunciar sí o sí, por supuesto yo le iba a acompañar, pero quería que le acompañase su madre. Y hablé con la madre amplio, amplio, amplio, amplio, amplio.

Y por supuesto que la madre iba a acompañarle. Y tuvimos reuniones yo con la madre, yo con la cría, yo con los tres.

Bueno, finalmente tuve reuniones hasta con el padrastro. Bien, cuando finalmente puesta la denuncia y la orden de alejamiento, el padrastro tuvo que salir de la casa. Aquella cría que durante dos años y medio o tres no era persona. Una vez puesta la denuncia y la orden de alejamiento y sabiendo que se iba a quedar en casa con su madre, experimentó en 24 horas una mejoría absolutamente alucinante. Refiriendo, pensaba que nunca iba a conseguir sentirme así. Gracias José Luis, cómo has llevado todo, me he sentido acompañada, te has callado cuando te has tenido que callar.

Era consciente de que estaba siendo bien atendida, bien. En el momento en que su madre vio que estaba bien, le dijo las siguientes palabras.

Ya has conseguido lo que querías, ¿no? Echar a tu padrastro de casa y que nos quedemos tú y yo solas, ¿no? Pues bien, ya está. Con lo cual afirmaba que todo lo que antes le había dicho que la creía, no te creo. Todo esto es un montaje que te has hecho para quitártelo de encima porque te cae mal.

A los dos días intento autolítico. ¿Qué es lo que pasa? Se lo he dicho.

El bienestar de la cría era su malestar. ¿Por qué? Implicaba una separación de un hombre del que estaba enganchada, de un hombre del que no tenía una gran dependencia económica pero tal vez sí un poco para mantener cierto estatus y cierto paripé social. Bueno, nada de lo que les cuento es verdad, nada de lo que les cuento es mentira. En este caso, nacionalidad latinoamericana.

Insisto, nada de lo que les cuento es verdad y nada de lo que les cuento es mentira, pero eso no importa porque lo que me interesa es el concepto, lo que me interesa es el fondo. Por supuesto que jamás soltaría información de ningún paciente ni bajo torturas. Bueno, bajo torturas tal vez.

Entienden, mientras la niña estaba mal, la madre estaba bien. Mientras seguían esos abusos, bueno, pero la madre estaba bien. La que estaba mal era la niña. Cuando la niña se puso bien, porque se arregló el problema, se arregló el problema, bueno, hasta cierto punto, luego podíamos seguir, ¿no? Hasta...

En el momento en que se puso bien la mandó de una patada al malestar directamente, porque no le interesaba. Desde entonces, nunca le creyó.

Y ahí se quedó la cosa. Se pueden imaginar, ¿verdad? Cuando las figuras de apego te fallan de esta manera, ¿eso cómo se...

¿eso cómo se procesa? Ustedes me lo contarán. En esta vida hay que proteger nuestro bienestar, ¿vale? Hay que proteger nuestro bienestar. ¿Por qué? Porque muchas veces nuestro bienestar es el malestar de otros. Y si algo sirve para explicar el comportamiento humano, eso es el paradigma del egoísta interés.

Vale, sí, mi hija estará mejor, pero yo estoy peor. De manera que he dicho que me creía todo esto, pero ahora digo que no me lo creo, porque menudo marrón que éste se tenga que marchar de casa y que yo me tenga que quedar aquí sola, como de la manera del paripé con el que yo vivía antes, ¿no? Mejor no lo creemos.

Y ya saben, se volvió a aquello de...