España, potencia mundial del motor… ¿pero sin coches propios?

Hoy tenemos un vídeo muy raro, de powerar un vídeo de sábado que no es el habitual, hoy os voy a hablar de industria, de valor añadido, de generación de valor en general, de historia también, de historia industrial de España, y nos vamos a preguntar lo que para mí ha hecho que haga este vídeo, que es por qué no tenemos una marca de coches cien por cien española.

Sí, efectivamente tenemos a SEAT, a la Sociedad Española de Automóviles de Turismos, pero si lo piensas, pertenece al grupo Volkswagen, de hecho cuando nació, nació en plena era de la autarquía y en aquel momento licenciaba coches de la FIA, después hizo su propio coche el SEAT Ibiza, os contamos la historia entera en un documental de powerar, pero hoy en día depende tanto a nivel de capital como a nivel tecnológico y de equipamientos y de componentes y de licencias industriales del enorme grupo alemán, así que no podemos considerar a SEAT una marca cien por cien española, no en el sentido de que la marca no sea de aquí, que lo es, y no en el sentido de que los coches no se diseñen aquí, que se diseñan, sino en la independencia tecnológica y en la generación de valor añadido, especialmente valor añadido ingenieril, que no se queda aquí, porque lo licenciamos, lo traemos de fuera, lo traemos de Volkswagen, que para eso es su dueña.

Lo curioso es que somos el segundo mayor fabricante de coches de Europa, el octavo del mundo, tenemos una potencia industrial a la hora de fabricar coches y también una potencia industrial a la hora de fabricar componentes, porque el hecho de ser el segundo mayor fabricante de coches de Europa también implica que la industria auxiliar, la que provee de componentes y elementos a esa industria que fabrica y monta coches, también es tremendamente potente e importante.

Pero hay una cosa, una curiosidad, muy española y muy extraña, y es que nada de lo que fabricamos es por tanto propiedad intelectual netamente española, ni está impulsada por capital netamente español. Y eso nos convierte en una rareza industrial en el mundo, pero sobre todo nos coloca en una posición espectacularmente vulnerable. ¿Por qué? Pues porque somos reemplazables.

El hecho de fabricar para otros, el hecho de no ser los dueños ni del capital que se apalanca para fabricar, ni de la tecnología que fabricamos, nos hace que nos puedan quitar esta posición en cualquier momento, más en un contexto globalizador. Nos pueden quitar las fábricas. Tenemos valores, lo vamos a ver en este vídeo, que hacen que las fábricas se mantengan aquí, al menos por el momento, pero somos totalmente reemplazables.

No tenemos un valor añadido que otros países no puedan ofrecer en un momento dado, y eso nos coloca en una posición, como os decía, tremendamente vulnerable. Y que, la verdad, como país no nos debería de gustar estar en esa posición. Es como la posición de cualquier otro empleado que esté en cualquier trabajo y se dé cuenta de que él es totalmente sustituible por otra persona.

Normalmente, lo sabéis bien, si estáis trabajando y queréis que os suban el salario, vuestra posición de fuerza se basa en el hecho de ofrecer valor diferencial. Que la empresa tenga un valor en vosotros, que ninguna otra persona rápidamente contratable, en un corto periodo de tiempo, pueda sustituir.

Eso os hace valiosos, y eso a nivel de país, a nivel de industria, nos debería hacer valiosos a nosotros. Pero eso no está tan claro que suceda hoy en día.

Yo soy Guille García Alfonsín, esto es Powerar, con la energía de Total Energies, y hoy os vamos a hablar de eso de España, la gran fábrica de coches que no tiene marca con desarrollo propio. ¿Qué es el valor añadido? Vamos a empezar este vídeo estableciendo unas bases para poder comprender de qué vamos a hablar.

Si quieres ser un país con éxito, con generación económica potente, puedes basarte básicamente en dos posibilidades. Una es ser un país exportador de materias primas, que eso te tiene que tocar la lotería, naces en un sitio donde ese país resulta que tiene petróleo, cobalto, níquel, cromo, yo que sé, cualquiera materia prima que esté muy buscada. Carbón.

Si no tienes esa suerte o ventaja de que tienes en el subsuelo materiales que otros países quieren y necesitan, estás en una posición mala de salida. Así que la segunda vía para hacer que tu país funcione económicamente bien, es la de exportar bienes a los que les has agregado mucho valor añadido. Es decir, compras las materias primas a una potencia en cuanto a materias primas, compras acero, compras otros materiales, compras petróleo, conviertes esas materias primas en un producto lo más manufacturado posible, con la mayor carga tecnológica posible, y lo exportas y otros países te lo compran porque no son capaces ellos de surtirse de ese producto que estás exportando. Esas son las dos vías que puedes tener a la hora de hacer que tu país prospere y tenga una balanza positiva en cuanto a lo que exportes.