Este Método Cambiará tu Productividad Para Siempre 🔥

Tienes que comprender, yo creo que Dios me hizo con un propósito.

Para ir a China.

Pero Él también me hizo rápido.

Y cuando corro, siento que se complace.

Renunciar a ello, estoy seguro de que sería enojarle.

Tenías razón.

No es por simple diversión.

Vencer es honrarle.

Jenny, tengo que conseguir graduarme.

Debo hacerlo.

Y recordad que tenemos una app que vamos a cambiar dentro de poquito.

Para que sea todavía más interesante.

Que se llama la teoría de la mente.

Que podéis descargarla tanto en iOS como en Android.

Es muy fácil.

Simplemente ponéis la teoría de la mente en el buscador y ahí está.

Y recordad, tenemos también nuestros libros que están ahí a la venta.

En todas las librerías, que es el mapa de la ansiedad.

Y mente de mono, cerebro de vaca.

Pues os voy a hacer una pequeña confesión.

He echado un poco de menos este espacio íntimo.

Que a veces, en el que a lo mejor no hay entrevistas.

Ya sé que este año estoy muy empeñado en hacer colaboraciones, entrevistas, estar con más gente.

Pero he echado un poquito de menos también este espacio.

Y bueno, lo voy a recuperar algunos jueves.

En el que volvíamos con fragmentos de películas.

Volvíamos también con conceptos.

Que a lo mejor hay que darles vueltas y explicarlos de una manera más monográfica.

Y esto es lo que vamos a tener hoy.

Porque vamos a hablar de los estados de flujo.

¿Qué son? Pues os voy a ofrecer mi perspectiva.

Es un poco el estado contrario a la ansiedad, precisamente.

Es ese estado de armonía.

Bueno, y cómo poder adquirirlo en nuestra vida cotidiana.

A ver qué os guste.

Señor Musavini.

Usted es Abrahams, ¿no es así? ¿Ya ha recorrido 500 kilómetros solo para verme? A usted y a Lidl he oído decir que son los mejores.

¿Y qué piensa usted ahora? ¿De Eric Lidl? No he visto jamás ese impulso, esa decisión en un corredor.

Corre como un animal salvaje.

Me acobarda.

¿Es cierto? Es capaz de asustar a cualquiera.

Sí, bueno, quiero que me ayude a competir con él.

¿Alguna vez, querido escucha, has estado tan concentrado, tan concentrado en una actividad que el tiempo parecía desvanecerse? ¿Alguna vez, a lo mejor, has sentido cómo tus pensamientos fluyen sin esfuerzo, como si cada acción que tomaras fuese la correcta, casi de forma automática? ¿Recuerdas un momento en el que estabas completamente absorto en lo que hacías y disfrutabas cada segundo sin preocuparte por nada más? No sé, a lo mejor tal vez fue mientras pintabas, escribías, cocinabas o incluso durante una conversación poco más interesante de la cuenta.

O quizá lo experimentaste haciendo deporte, tocando un instrumento, resolviendo un problema complejo.

Es ese instante en el que el mundo exterior se apaga y lo único que importa es lo que estás creando, viviendo y disfrutando.