Evangelio 29 Mayo 2025

¡Paz y alegría, queridos hermanos y hermanas! Sean todos bienvenidos a una reflexión más con la poderosa Palabra de Dios.

Hoy es jueves 29 de mayo, sexta semana de Pascua. La Iglesia nos presenta el Testimonio de Santidad de San Pablo VI, y en algunos países también se celebra hoy la Ascensión del Señor.

Nosotros, en el Evangelio que nos acogemos de Juan capítulo 16, del 16 al 20, nos dice el Señor.

En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos, Dentro de poco ya no me verán, y poco después me volverán a ver.

Los discípulos comentaban entre sí. ¿Qué es eso lo que dice? Dentro de poco ya no me verán, y poco después me volverán a ver.

¿Y qué significa eso de voy al Padre? Y decían, ¿a qué poco se refiere? No entendemos lo que dice.

Jesús comprendió que querían preguntarle y les dijo, Ustedes discuten entre sí, ¿qué significa mi palabra dentro de poco ya no me verán, y poco después me volverán a ver? Les aseguro que ustedes llorarán y se lamentarán. Mientras el mundo se divierte, estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.

Palabra del Señor. Meditemos y oremos.

Los discípulos de Jesús y nosotros nos seguimos preguntando de qué significa ir al Padre y qué significa dentro de poco ya no me verán, y un poco después me volverán a ver.

Tenía un apego humano excesivo a Jesús vivo. Sintieron tristeza por esta despedida.

Ahora tiene que prepararse para recibir el don del Espíritu Santo y experimentar la gozosa experiencia de que habita en cada corazón.

Esta novedosa presencia del Espíritu de momento puede causar para ello tristeza y lamento, y el mundo seguirá divirtiéndose.

Al mencionar el mundo, Jesús se refiere a lo que están tramando su muerte y a lo que planifican la muerte de los inocentes.

La ausencia de Jesús causa tristeza, pero el futuro es de alegría.

El mundo se alegra con sus éxitos económicos, el triunfo de los poderosos, su fama, pero todo esto es pasajero.

Viviendo la presencia del Espíritu Santo en nuestra interioridad, experimentaremos esa gran alegría que perdura y que nos conduce a la plenitud.

Hermano y hermana, ¿vives tu fe cristiana con suficiente alegría y la contagia a los demás? Es como si el Padre estuviera ahora hablándonos al corazón.

Escucha cómo para quien cree en Dios, toda responsabilidad se convierte en tarea misionera.

Todo cuanto realiza esta función de la misión, del anuncio de la salvación y de la proclamación gozosa del misterio de Cristo resucitado, yo hoy a ti, hijo, hija, tu padre, tierno y misericordioso, en mi hijo amado, Jesús, te llamo a mostrar a muchos que la vida cotidiana tiene sentido.

Cuando se asume responsablemente, cuando desde la fe se capta en ella el sentido que anima al testimonio de que existo, de que no he querido cargar al ser humano como una tarea fastidiosa.

Cuando asumes tu vida como vocación al servicio de la proclamación poderosa de la palabra.

Asimismo, siéntete animado por la fuerza de mi Espíritu Santo y da vida a todo tu actuar para que muchos crean.

Amado Padre, tierno y misericordioso, haz que ahora con la gracia de tu Espíritu, movidos por Él como persona que desde la fe trabajan y predican la palabra sin cesar y sin ser un peso agobiante para quienes nos rodean, que nuestro testimonio, encarnado en la persona de Cristo, pueda conducir a muchos al gozo de tu salvación.

Amén. Amén que el Señor le bendiga que sigan pasando un feliz día.