Expedientes de la historia: Julio César

EXPEDIENTES DE LA HISTORIA Año 44 a.C., Roma.

Julio César es asesinado.

Tras rodearle a traición un grupo de senadores, le asestan cerca de 23 puñaladas.

¿Por qué tanto odio a la hora de matarlo? Su asesinato estremece a la República Romana.

En ese momento Cleopatra, reina de Egipto, y amante de César, está en Roma.

El caos se apodera de la ciudad.

Muchos temen que una reina acabe con la República.

Marco Antonio también está a punto de huir.

El pueblo empieza a descontrolarse.

Tanto que durante el funeral de César, la multitud exaltada provoca un incendio en la vira funeraria y acaba causando graves daños en el foro.

Es justo ahí cuando su pista comienza a perderse para siempre.

¿Dónde están los restos de Julio César? Desde hace siglos, arqueólogos e investigadores de todo el mundo intentan obtener nuevos datos sobre su figura.

Hoy, con la ayuda de inteligencia artificial y expertos, buscaremos nuevas pistas para resolver el misterio.

Si nos preguntamos dónde están los restos de Julio César, a día de hoy no sabemos nada.

Julio César es asesinado en los idus de marzo.

Un montón de senadores se abalanzaron sobre él.

23 puñaladas.

Fue la segunda, la segunda realmente la que le mató.

Seguramente Cleopatra estaba en Roma cuando César fue asesinado.

Cleopatra, todo el mundo sabía que era la amante.

Llevó a Cesarión, que era el hijo que había tenido con el dictador.

A día de hoy, cuando uno va paseando o visitándolo como turista, puede ver el altar dedicado a Julio César.

Pero el lugar del asesinato no está aquí, está relativamente cerca.

Julio César fue uno de los personajes más importantes, ya no sólo de la antigua Roma, sino de toda la historia.

Y cada 15 de marzo todavía hay gente que le deja flores, ofrendas, monedas, porque al fin y al cabo César sigue estando muy presente en la vida de los romanos, de los italianos y de todo el mundo.

Expediente número 44.

Julio César, el general que cambió el destino de Roma.

Año 44 a.C., Roma.

Julio César es asesinado por un grupo de senadores.

Sólo dos años antes, Julio César celebraba triunfal su éxito en cuatro guerras libradas en los años anteriores.

Nunca se había visto en Roma una celebración tan grandiosa como aquella.

César, orgulloso, muestra al pueblo el cuantioso botín conseguido.

Sólo un año después, la guerra civil termina.

César ha conseguido sofocar numerosas revueltas internas.

Ya no depende del antiguo triunvirato con Pompeyo y Craso.

Ahora Julio César ya es el amo indiscutible de Roma.

Pero tiene muchos detractores en el Senado.

Los senadores temen que acabe con la República.

Mucho más cuando saben que la reina Cleopatra, su amante, ha dejado un tiempo Egipto y ahora está en Roma.

César había vuelto de su aventura en Egipto, de estar con Cleopatra, de casi olvidar lo que era Roma en ese viaje por el Nilo, y en ese momento ya vuelve a Roma, está terminando ciertos asuntos en la capital y está a punto de partir hacia el este para conquistar nuevos territorios para Roma.

Lo que nos dice la historia y lo que había gente que pensaba en ese momento que César estaba a punto de convertirse en un rey.

Y si hay algo que los romanos odiaban por encima de todas las cosas eran los reyes, era la monarquía, por lo mal que había acabado esa época tantísimos siglos atrás con el rey Tarquinio el Soberbio.

César, nunca sabremos si realmente tenía esas aspiraciones, pero es verdad que parecía que iba hacia esa idea.

Él se había convertido en el dictator perpetus de la República, en el dictador que era un cargo temporal que restablecía el orden en periodos de gran incertidumbre o de peligro, pero era temporal y él lo había convertido en un cargo vitalicio.

Y esto no había gustado nada a un sector del Senado que se habían empezado a confabular en su contra.