Fabián Alonso, párroco de la parroquia San Carlos y Basílica de María Auxiliadora 25-4-2025

Muy tocados por esto que nos ha ocurrido, un poco a todos, a los argentinos, a los católicos, a todas las personas de bien del mundo entero, porque la verdad es que las manifestaciones, las expresiones, las reflexiones en torno a la muerte del Papa Francisco, de este argentino que nació hace 88 años bajo el nombre de Jorge Mario Bergoglio, realmente nos emocionan de una manera enorme, ¿no? Y eso va más allá de la fe católica, lo cual es mucho decir, me parece que es un gran reconocimiento además para el propio Papa Francisco, que no hizo más que trabajar en función del diálogo, más allá de los nombres y de las etiquetas de las religiones, de las definiciones.

Así que ya lo tenemos en conversación a Fabián Alonso, bueno, sos, Fabián, padre Salesiano, párroco de San Carlos Borromeo y Basílica de María Auxiliadora, así que te quiero dar las buenas tardes, la bienvenida y agradecerte por este rato acá con nosotros. ¿Cómo estás? Buenas tardes, Alejandra, una alegría de poder recibirlos aquí en la casa de María Auxiliadora y precisamente en el bautisterio, que es el lugar donde fue bautizado el Papa Francisco el día de Navidad de 1936.

Es decir, que tenían muy poquitos días, el Padre Bergoglio tenía muy poquitos días. Una semana, Alejandra, estoy acompañado por Flavio Sturla, que es el coordinador del equipo de visitas guiadas que nosotros tenemos aquí en la Basílica, justamente para poder compartir este patrimonio histórico, cultural y también espiritual a partir de la vida que compartimos con la familia Bergoglio.

Lo sumamos en esa conversación, ahí hacemos un esfuerzo en la pantalla porque te veo también conectado y te digo que me emociona mucho porque es una basílica no sólo hermosa de la ciudad de Buenos Aires, sino además fuertemente ligada a la vida del Papa Francisco, porque fue bautizado pero porque allí se casaron sus padres. Y sus abuelos. Y sus abuelos. Toda la vida. Hola, qué tal, buenas tardes.

A ver si lo sumamos un chiquitito en la pantalla y lo vemos bien. Los abuelos, qué tal, buenas tardes. Los abuelos vivían acá en la calle Quintinobocayúa, la basílica dada a la calle Quintinobocayúa en el 556, los abuelos maternos. Así que él pasó la infancia, parte de su infancia en el magro.

Sus abuelos se casaron acá y sus papás se casaron acá. Y él nació a la fe, en este mismo autisterio que tengo acá atrás, con una pila optimal que desde ese momento, que desde el momento en que fue ungido Papa, en el 2013 se transformó en una pila papal, que es la única en América, por cuestiones lógicas, está acá en Buenos Aires.

Además es un edificio tan monumental que ya era impresionante antes de que nos ocurriera esto a todos los argentinos, ¿no? Tener un papa y además tener este papa, que tiene una dimensión, una estatura moral, una altura pastoral tan impresionante.

Díganos ustedes, bueno, ¿cómo han transitado esta semana? ¿Qué testimonios han recogido? ¿Qué pueden mirar hacia el futuro, no? Ahora que no está físicamente, pero que quedará todo su legado.

Bueno, nosotros una de las cosas que hemos experimentado esta semana desde el lunes, es primero, después de la Pascua pensábamos descansar un poquito y el lunes nos vimos casi forzados a abrir la basílica, en la casa de María Auxiliadora, en la casa de la Virgen de los Tiempos Difíciles, y en la tarde fue un peregrinar de gente, en la misa de la tarde de las 19 realmente nos impresionó la cantidad de gente, la cantidad de jóvenes que se acercaron a rezar por el descanso eterno de Francisco.

Y bueno, estos días, aquí en el bautisterio, la imagen también de María Auxiliadora, que está en el camarín, ha sido motivo de peregrinación y que la gente se acerque aquí, justamente en el lugar donde nació, a la fe, justamente que lo podamos acompañar hacia su camino al descanso para siempre.

Padre, me gustaría...