EL FARO - Id a mi viña

Ing vine a medida y a mi viña y habiéndose convenido con los obreros por un de nario al día los mandó a subir salió cerca de elabora un de encima y vio a otros que estaban todavía sin hacer nada y les dijo como os estáis aquí ociosos todo el día respondieron le es que nadie nos ha contratado dice les y también vosotros lo que mas teme el hombre no es el sufrir ni ser despreciado niña aún morir se reconcilia con el dolor acepta el menor precio y no rehúsa la muerte mas a veces la u pero lo que principalmente teme el hombre es creerse o darse cuenta de que es un inútil se pide a miles de soldados que mueran en una batallas cuyo sentido y maniobras desconocen completamente y aceptan desaparecer así con los ojos vendados entre la metralla no exigiendo de ante mano más que una garantía y es que esa muerte cruel sirva verdaderamente para al el soldado morirá por cubrir la retirada de sus camaradas por auxiliar a los vecinos por retardar el avance enemigo por trasladar a los heridos o aún cosa paradójica por retirar a los muertos pero lo que no perdonan lo que no permitirá que siempre le parecerá intolerable como un bofetón como una espina clavada en la carne es que sus jefes por incurriría o por ignorancia les sacrifique en sin razón le hagan vivir sin empleo lo que principalmente teme el hombre es la maldición que pesa sobre los inútiles por eso en el evangelio una de las palabras más tristes la respuesta de los obreros de la undécima hora al dueño de la viña nemo nos con dulce nadie nos ha solicitado ya se trate del trabajo del amor de los brazos robustos o de la mirada luminosa de declaraciones tímidas o de promesa viril es todo lo que se ofrece inútilmente se trueque al punto para nosotros en amargura intolerable el hombre se siente siempre decepcionado cuando cae en la insignificancia porque el término esta caída es la nada es necesario por lo tanto una ocupación como me es necesario el pan si mi jornadas están vacías son nulas y si mi existencia es estéril no tengo razón alguna para ocupar un lugar en la tierra esta palabra oh dios mío me parece muy porque yo miro entorno mío y veo que son innumerables no sólo los impotentes que no ayudan a nadie sino también los enfermos que hay que sostener dar la enfermedad los vicios y la ignorancia los san incapacitado para ser útiles a su prójimo y si comparamos el mundo al árbol de los geles la implacable poda verá debería para bien del conjunto cortar todos eso débiles todos esos parásitos que viven miserablemente de la energía y de los recursos de los demás me señor cuán útil pueden ser todavía una cancerosa en el fondo de una sala de hospital de un cura muéstrame señor como un viejo soñolienta que se calienta las manos sin decir nada ante una estufa de hierro en una buhardilla conserva todavía un valor ine y amable y ejerce una función sagrada dime cuáles son los socorros que tuvo encuentras y las riquezas que espera de ese niñito que aún no ha abierto los ojos y que nunca volverá a nadie aquí abajo porque en su nacimiento la muerte le acechaba como cosa suya que habrá desaparecido antes del atardecer del primer