El ferrolano David Monteagudo revive su emotivo encuentro con el papa Francisco en 2015 a través de un solideo papal

Radioboz. Voces de Ferron, Comisidoro Valerio, de lunes a viernes de 12 a 2, radioboz. Bueno, le ponemos esta música así solemne porque vamos a hablar de algo solemne, algo que llena de emoción. Hoy lo contamos en las páginas de La Voz de Galicia y lo vamos a contar en vivo y en directo con quien fue protagonista, junto con su esposa, pues de un momento de emoción que en estos días en los que nos ha dejado el Papa Francisco, pues es bonito recordar.

Está con nosotros David Montiagudo, sobradamente conocido de nuestros oyentes porque nos ha acompañado en repetidas ocasiones hablándonos de sus viajes por el mundo y hoy nos va a contar aquí algo que ya nos había contado en su momento a título particular pero que esta semana hacía público a raíz del fallecimiento del Papa Francisco porque hace 15 años que David vivió en... 10 años, perdón, que David vivió en Roma, pues un momento de los que se consideran inolvidables. Él decía, probablemente los 30 segundos más bonitos de mi vida, un encuentro en vivo y en directo con el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro en Roma, en el Vaticano y con motivo de una audiencia que concede anualmente pues a las parejas que han contraído matrimonio en ese año. David, cómo estás, buenos días. Hola Isidoro, buenos días, encantado de saludarte.

La verdad que en sus redes sociales él compartió el vídeo, se ve la imagen de cómo el Papa se acerca, hay un montón de parejas de todo el mundo, asististe a esa audiencia de un modo casi casual, fue alguien que te dio la pista de que podíais pedir esa audiencia en un día concreto? Sí, a ver, hay tradición que todos los miércoles en las audiencias papales, quitando pues algunas jornadas estivales, donde hay una... digamos que la audiencia general de todos los miércoles tiene una especie de protocolo, el Papa le una pequeña homilía, una pequeña catequesis, que luego leen otras personas en varios idiomas, en 6-7 idiomas del mundo, árabe, chino, español, italiano, inglés, en fin, y luego hay otra parte donde saluda de manera particular a unos peregrinos, hoy saluda a los peregrinos de tal parroquia, de tal sitio, bueno, y luego hay una parte final de saludos, entonces hay unos saludos protocolarios a diferentes cardenales, obispos y demás, personalidades que lo visitan ese día, y luego hay una parte final donde saluda a los esposinoveli, los recién casados, y ese día, pues ese miércoles estábamos como unas 200 parejas más o menos, 400 personas, solo que pues el protocolo tuvo también la suerte de colocarnos en la fila más baja, yo además dije yo soy muy bajito, entonces nos pusieron delante de todo, y la pista la seguí gracias al conocido párroco José Francisco Delgado Lorenzo, que vivió en Roma, él también tuvo la oportunidad de conocer en persona varios papas, y fue el que me puso sobre esta pista.

La pista que era que sería bonito que le entregaras, bueno, pues ese gorro que llevan los papas, ese símbolo eclesiástico, que tiene un nombre muy concreto, el solideo papal, y tú te fuiste a la sastrería en donde hacen todos los trajes de los papas, y te compraste un solideo que intercambiaste con el papa. Sí, en efecto, hay una sastrería que es la que tiene, digamos, el privilegio de realizar la ropa de los cardenales y los papas, que se llama Gammarelli, y en esa sastrería, bueno, pues es donde estos días, con el cónclave, pues van a tener tres sotanas preparadas de color blanco, una de tamaño más bajito, por si sale un papa bajito, una de tamaño medio y una de tamaño grande, pues por si sale un papa con gran envergadura, y están allí preparados. Y ese solideo, bueno, pues mucha gente lo compra como mero souvenir, como recuerdo, está hecho con una tela especial, etcétera.

¿Cuánto cuesta un solideo? Pues cuesta 75 euros. Bueno, no muy caro, pero bueno, para lo que es, es caro. Bueno, sabía que iba a aprovechar ese momento, de hecho, lo pedí estando en España y me lo mandaron directamente al alojamiento. Con toda la seguridad que hay en el Vaticano, tú cuando llegas allí con tu cajita,