
Description of FTS #117- (La Maldicion de ) Sayuri
Y en esta ocasión, les hablaremos de un filme de Horror Japonés dirigido por Kôji Shiraishi, que es muy completo, se sale de las reglas de las pelicular de casas embrujadas, trae factor Kosnar y hasta nos trae una que otra risilla malsana.
Lleguenle sin miedo!
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Creo que pocas cosas en la vida son tan importantes como comprar tu primera casa. Y mientras que es bien claro que tenemos que fijarnos en los intereses, en los pagos, las cuotas, los taxes, los impuestos, entiéndase pues, y cuántos créditos de Infonavit vas a ocupar para comprar tu primera vivienda, también hay que checar si en el contrato no viene un cupón de descuento para cepellos en muertes accidentales o sobrenaturales, porque no creo que en el contrato te digan que esa casa está muy barata porque está lejos del metro, sino tal vez porque tiene un fantasma asesino en las instalaciones. Digo, creo que sería buena idea checar esto en el contrato.
Pues en esta película conocemos a la familia Kamiki, una familia japonesa promedio donde se ve que los padres no tenían televisión, ni siquiera le jugaban a Nintendo y se entretenían haciendo chamacos, porque en esta familia hay tres hijos, pero contrario cliché de las películas gringas, acá vemos que los hijos no solamente se llevan muy bien entre ellos, sino que hasta respetan a sus papás. Sí, yo sé, no lo puedo creer yo tampoco, lo cual parece ser que estamos viendo una película fantasía, pero no, es una película de terror.
Bueno, como iba diciendo, los chamacos también respetan inclusive a sus abuelos, los cuales ahora van a vivir con el resto de la familia, contrario a lo que dicte el cliché de las películas gringas, no están en un asilo, sino que viven en su propio departamento, así todos apretan jugaditos, ¿verdad? Pero ahora todos se van a vivir juntos a una casa más grande, ya que el señor Akio Kamiki, el padre de la familia, pues a base de muchos sacrificios, vender pozoles los domingos, juntar muchos puntos del Infonavit, ha logrado comprar una casa bastante grande, con muchos cuartos y hasta con terrenito para construir, ¿cómo la ves? Y aquí uno diría, a ver, a ver, a ver, ¿cómo está eso? Si el señor es el único que trabaja, ¿cómo es que les alcanzó para tremenda casota? ¿Es acaso porque esa casa está en las afueras de la ciudad y por ahí no pasa el metro? No. ¿Es acaso porque esa casa está así medio usada y no está adaptada para los terremotos y los sismos y similares y chance en la próxima visita de Godzilla se va a desmoronar solita? No, tampoco es por ahí. ¿Será que en esa casa hay una presencia maligna y no nos referimos a una vecina tóxica adicta al chisme, sino que hay allí un espectro fantasmal que está espantando a la gente? Bueno, a ver, a ver, a ver, no sé, no sé. La cosa es que los Kamikis están retecontentos porque están estrenando casa, aunque está de medio uso, y entre ellos, pues inclusive la que está muy contenta es la abuela, aunque se ve que padece de demencia y a cada rato constantemente está desconociendo a sus parientes y le andan echando broncas a algo o a alguien que solamente ella puede ver.
Pero no nos fijemos entre ellos porque por ahí no va la cosa, o tal vez sí. Bueno, la cosa es que desde las primeras noches de haberse mudado a esta nueva casa, Keiko, la hija mayor de los Kamikis, empieza a notar cosas raras en su nueva habitación, como que la tele se prende solita en la noche y siempre está mostrando el mismo programa de comedia salada, como si alguien en ese lugar estuviera adicto a los K-Dramas o peor aún, a los programas de Noche Espirito, o en su versión japonesa. Eso sí que ella causa nervios, pero la cosa se pone todavía más escabrosa cuando Keiko queda como en trance una de esas noches, y Shun, el hermano menor de la casa, que en la noche se levantó para patar mi arbolito, pues se la topa así en el pasillo y al verla toda así como en trance, empieza así todo viendo qué onda, qué pasó aquí, y pues de cuál habrá fumado, y de repente sin decir agua va, Shun acaba siendo espantado y de paso estampado contra la pared, todo porque Keiko de repente le pone un estate quieto cuando el chamaco ni siquiera estaba pasando de lanza.
Esto al escuchar los tremendos berridos del chamaquillo Shun, pues se levanta Norio, el hermano menor, que es el del medio mejor dicho, y ahí al ver a su hermano menor con tremendo chipote y chillando, pues empieza a cuestionar a Keiko, a su hermana mayor, y pues esta chava sigue en trance, pero acto seguido la misma Keiko se autoestampa contra la pared también, y después de tremendo porrazo, es como que eso la hubiera regresado el mundo de los mortales, y ahí se halla toda desconcertada, no tanto por el trancazo, sino porque dice que ni siquiera recuerda haber llegado a ese lugar de la casa, mucho menos haberle dado el trancazo a su hermano menor. Pero bueno, aquí es que el caso que tanto berrido y chanto, pues se acaban despertando los padres de la familia, y eso se los llevan al hospital luego luego, sabiendo que iban a recibir otro susto, peor que el que acaba de pasar en la casa, pues porque al rato los doctores les van a pasar la cuenta del hospital, y ahí ya sabes que les cobran hasta por decir Konichiwa, aunque sea la noche.
El caso es de que este evento es apenas el primero de varios sucesos extraños, y se puede decir que hasta chocarreros y paranormales que la familia Kamiki va a empezar a sufrir en esta nueva vivienda, porque resulta ser que en esta casa efectivamente si hay un fantasma, más en concreto es el espíritu chocarrero encanijado de Sayuri, una chava pasada de tamales que vivió en esa casa como unos 10 años antes por la mañanita, y que según vimos al principio del video...
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