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La Fuente del Poder #11: El Opulento Sony Trinitron KV-3000R

La Fuente del Poder #11: El Opulento Sony Trinitron KV-3000R

6/23/2025 · 06:52
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Description of La Fuente del Poder #11: El Opulento Sony Trinitron KV-3000R

En este episodio viajamos a 1981 para descubrir uno de los televisores más exclusivos jamás fabricados: el Sony Trinitron KV-3000R. Con solo 1.000 unidades en el mundo, puertas de madera motorizadas y una pantalla CRT de 30 pulgadas, este modelo se convirtió en sinónimo de lujo y tecnología avanzada. Analizamos por qué es tan codiciado por los coleccionistas y por qué ofrece una experiencia de juego retro imposible de igualar.
🕹️ Ideal para consolas como NES, SNES, Mega Drive o PlayStation original.
📺 ¿Estamos ante el mejor CRT de la historia?

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Bienvenidas y bienvenidos a esta exploración a fondo de un objeto fascinante de la historia tecnológica. Hoy nos metemos de lleno en una pieza excepcional, el Sony Trinitron KB3000R de 1981. Se considera el trinitrón más lujoso jamás fabricado. La info viene de un vídeo que lo detalla todo hasta una restauración. Y es que no era solo un televisor avanzado, era toda una declaración de estatus, un símbolo del lujo tecnológico de principios de los 80. Vamos a ver qué lo hacía tan especial, pasándonos en esa fuente.

Pues empecemos por lo visual, que salta a la vista. Era una consola de madera enorme, revestida con una chapa exótica Tamoash que venía de bosques allá en Hokkaido, Japón.

Remotos, sí. Una madera muy particular.

Y tenía puertas automáticas. Como persianas, le dabas a un botón y ¡zas! se abrían.

Vaya. Revelando la pantalla a color más grande producida hasta entonces. 30 pulgadas.

Una barbaridad para 1981, ¿sí? Hoy nos parece normal, pero entonces… Era gigantesca. Y la exclusividad era a clave. Totalmente deliberada. Sólo se hicieron mil unidades. ¡Sólo mil! Piensa dónde se vendía. En el catálogo navideño de Neyman Marcus de 1981.

Uff, eso ya lo dice todo. Claro. Salía al lado de… pues de un robot de 17.000 dólares o un abrigo de visón de 150.000.

Madre mía. Vamos, que esto no era electrónica de consumo normal y corriente. Era lujo puro y duro.

Totalmente. Y el precio lo reflejaba. 10.000 dólares de 1981. Una fortuna.

Astronómico, sí. Y pesaba más de 230 kilos.

¿Tú te imaginas meter eso en un empiso? Hombre, la fuente dice que la entrega profesional era imprescindible. Vamos, no era para llevarlo uno mismo.

No, no, desde luego. Y esa idea de lujo se veía en cada detalle.

El logo de Sony en dorado, no el plateado habitual.

Cierto. La tela de los altavoces. ¡Cuidada! Incluso tenía un sensor táctil en las puertas. ¿Como medida de seguridad? Sí, para que no se cerraran si había algo en medio, imagino. Un detalle más.

También traía un mando a distancia muy avanzado para la época.

Muchísimo. Aunque es curioso, porque algunos ajustes finos, como la nitidez, todavía había que hacerlos desde un panel en el propio televisor. Sí, no todo estaba en el mando.

Tecnológicamente, pues ofrecía el llamado Matrix Sound.

¿Eso qué era exactamente? Pues un intento de crear un sonido como más envolvente. Primitivo para hoy, pero novedoso entonces.

Ya. Y muy importante para el 81.

Entradas de vídeo compuesto. Ah, claro, para conectar cosas.

Exacto. Los primeros reproductores de vídeo, por ejemplo.

Daba mejor calidad que la antena, y eso no era nada común.

Venía hasta con un soporte a juego para un Betamax, ¿verdad? Sí, en la misma madera Tamoash. Todo a conjunto.

La fuente que usamos cuenta la historia de una unidad específica, la número 458. Ajá.

Perteneció a un vicepresidente de ventas de Sony de los 70 y 80.

El autor del vídeo incluso habló con él. ¡Qué bueno! Y hay una anéclota un poco triste. Un incendio en un distribuidor de Chicago destruyó 12 unidades. Vaya.

Así que en realidad llegaron menos de 1.000 a los clientes finales. Aún más raro.

Es interesante también que con esa unidad 458 encontraron accesorios duplicados.

Ah, sí. Manuales.

Y en las primeras versiones, con correcciones pegadas a mano.

¿Curioso? Mandos duplicados. E incluso láminas de Tamoash de repuesto.

Para reparaciones, claro.

Eso sugiere que Sony sabía que la madera era delicada y preveía posibles daños.

Estaban preparados.

Y la restauración de esa unidad, según el vídeo, fue una odisea.

Me imagino.

El televisor simplemente no encendía. Nada.

Uf.

Por suerte, parece que el diseño interno era sorprendentemente accesible.

Paneles laterales abatibles, el tubo sobre rodillos… se podía llegar bien a las tripas.

Eso ayuda.

Pero arreglarlo.

Eso fue otra historia, sí.

No fue solo cambiar un fusible quemado, el F-60.

No, claro.

Tuvieron que diagnosticar y cambiar un regulador de voltaje clave, el Q902.

Y tuvieron suerte, ¿no? Muchísima.

Encontraron piezas de repuesto originales Sony de la época. Algo casi imposible hoy día.

Increíble.

Pero ni con eso.

Ni con eso funcionaba, ¿no? Todavía no había imagen.

Exacto. El siguiente problema era más gordo.

Daños en la placa E, la que se conecta al yugo de deflexión horizontal.

Tela.

Un pin arrancado y una zona quemada.

Tuvieron que repararla con mucho cuidado, con cinta de cobre y soldadura.

Una labor de chinos, vamos.

Y aquí viene lo interesante.

Encontraron indicios de reparaciones anteriores.

Ajá.

Quizás no hechas con piezas originales Sony. O sea que no era la primera vez que fallaba.

Lo que sugiere que esta unidad ya había tenido sus problemas antes.

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